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Ezequiel 24:9 - Biblia Martin Nieto

9 Por tanto, esto dice el Señor Dios: ¡Ay de la ciudad sanguinaria! También yo apilaré mucha leña.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

9 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de la ciudad de sangres! Pues también haré yo gran hoguera,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 »”Esto dice el Señor Soberano: ¡Qué aflicción le espera a Jerusalén, ciudad de asesinos! Yo mismo amontonaré leña debajo de ella.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Por eso, esto dice Yavé: ¡Ay de la ciudad sanguinaria! Yo también preparo una gran hoguera,

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Por tanto, así dice Adonay YHVH: ¡Ay de la ciudad sanguinaria! ¡Yo mismo aumentaré el montón de leña!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Por eso así dice el Señor Yahveh: '¡Ay de la ciudad sanguinaria! También yo haré una gran hoguera.

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Ezequiel 24:9
20 Referans Kwoze  

Pues desde hace tiempo está dispuesta en Tofet, preparada también para Moloc, una fosa honda y ancha, llena de paja y leña; el soplo del Señor, como un río de azufre, la prenderá.


De terror se desvanecerá su roca, y sus jefes, espantados, desertarán de su bandera, dice el Señor, que en Sión tiene su fuego, y su horno en Jerusalén.


'Hijo de hombre, vuélvete a la derecha y pronuncia tu oráculo hacia el sur, profetiza contra el bosque de la región del Negueb.


Dirás al bosque del Negueb: Escucha la palabra del Señor: Esto dice el Señor: Mira que yo voy a prenderte fuego, que devorará todos los árboles verdes lo mismo que los secos. La llama devoradora no se apagará y arderá todo en el Negueb de sur a norte.


'Y tú, hijo de hombre, ¿no vas a juzgar? ¿No vas a juzgar a la ciudad sanguinaria? Indícales todas sus detestables acciones.


Por eso he desencadenado mi furor sobre ellos, los he exterminado con el fuego de mi cólera y he hecho caer su proceder sobre su cabeza', dice el Señor Dios.


Apila la leña, enciende el fuego, cuece la carne, quita el caldo, para que los huesos se abrasen.


Toma lo más selecto del rebaño. Apila debajo leña; hazla hervir a borbotones, de modo que hasta los huesos se cuezan.


Porque esto dice el Señor Dios: ¡Ay de la ciudad sanguinaria, olla toda roñosa, cuya herrumbre no se quita! Vacíala trozo a trozo, sin echar suerte sobre ella,


¡Ay de ti, ciudad sanguinaria, toda llena de mentira y de violencia y de robos continuos!


¡Ay de quien edifica una ciudad sobre la sangre y funda una ciudad sobre el crimen!


entre llamas de fuego, para tomar venganza de los que no conocen a Dios y no obedecen al evangelio de Jesús, nuestro Señor.


como a Sodoma y Gomorra y las ciudades circunvecinas, que, al igual que aquéllas, se dedicaron a la lujuria y la homosexualidad y quedaron como ejemplo, sujetas a la pena del fuego eterno.


La cuba fue pisada fuera de la ciudad, y de la cuba salió sangre hasta los frenos de los caballos sobre una distancia de unos trescientos kilómetros.


La gran ciudad se despedazó en tres partes, y las ciudades de las naciones se hundieron. Y Dios se acordó de Babilonia la grande, para darle el cáliz del vino de su ardiente ira.


Ellos han derramado la sangre de los santos y de los profetas, y tú les has dado a beber sangre: se lo merecían.


Pero los cobardes, los incrédulos, los depravados, los homicidas, los lujuriosos, los hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su herencia en el estanque ardiente de fuego y de azufre: ésta es la segunda muerte'.


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