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Deuteronomio 32:22 - Biblia Martin Nieto

22 Se ha encendido el fuego de mi ira / y quemará hasta lo profundo del abismo; / devorará la tierra y sus productos / y abrasará los cimientos de los montes.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

22 Porque fuego se ha encendido en mi ira, Y arderá hasta las profundidades del Seol; Devorará la tierra y sus frutos, Y abrasará los fundamentos de los montes.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 Pues mi enojo arde como el fuego y quema hasta las profundidades de la tumba. Devora la tierra y todos sus cultivos y enciende hasta los cimientos de las montañas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 ¡Miren que saltó fuego de mi cólera y la llama consume hasta el mundo de abajo, devora la tierra y sus frutos, abrasa los cimientos de los cerros!

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 El fuego de mi ira está ardiendo, Y abrasará hasta las profundidades del Seol, Devorará la tierra con sus frutos, Y quemará los cimientos de los montes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Porque fuego ardiente se enciende en mi rostro, que quema hasta el seol más profundo; que devora la tierra y sus productos, que abrasa los cimientos de los montes.

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Deuteronomio 32:22
42 Referans Kwoze  

Señor, despliega los cielos y desciende, toca los montes para que echen humo;


Tu mano alcanzará a tus enemigos, tu derecha caerá sobre los que te odian.


Dios es nuestro refugio y fortaleza, un socorro seguro en momentos de angustia;


Oh Dios mío, hazlos polvo en remolino, como la paja al viento;


pues tu misericordia conmigo fue muy grande, me has librado del fondo del abismo.


Delante de él avanza un fuego que abrasa en derredor a todos sus enemigos;


Por eso la maldición devora la tierra, y sus habitantes sufren los efectos; por eso los habitantes de la tierra se consumen, y sólo quedan unos pocos hombres.


Pues desde hace tiempo está dispuesta en Tofet, preparada también para Moloc, una fosa honda y ancha, llena de paja y leña; el soplo del Señor, como un río de azufre, la prenderá.


Vacilarán los montes, las colinas se conmoverán; pero mi bondad hacia ti no desaparecerá ni vacilará mi alianza de paz -dice el Señor-, el que de ti se compadece.


Y te haré esclavo de tus enemigos en un país que no conoces, porque el fuego de mi cólera se enciende y va a arder sobre vosotros.


Tendrás que desprenderte de tu heredad que yo te había regalado, y te haré esclavo de tus enemigos en un país que no conoces, porque has encendido el fuego de mi cólera, que arderá eternamente.


Circuncidaos para el Señor, quitad el prepucio de vuestro corazón, oh gentes de Judá, habitantes de Jerusalén, no sea que estalle mi furor como fuego y arda sin que haya quien lo apague por la maldad de vuestras obras'.


El Señor ha destruido sin piedad todas las moradas de Jacob; ha derribado en su furor las fortalezas de la hija de Judá; ha postrado en tierra, ha profanado a su rey y a sus príncipes.


Ha despedazado en el ardor de su ira todo el poder de Israel; ha retirado atrás su diestra, al acercarse al enemigo; ha encendido contra Jacob un fuego que todo lo devora.


Ha tensado su arco, cual si fuese enemigo, ha reforzado su diestra, como un adversario ha destrozado todo lo que era agradable a la vista; sobre las tiendas de Sión ha derramado su furor como fuego.


El Señor ha desahogado su furor, el ardor de su ira ha descargado; un fuego ha encendido en Sión, que la ha devorado hasta sus cimientos.


Mas fue arrancada con furor, derribada en tierra, y el viento del este agostó sus frutos; quedó rota, su rama robusta se secó y lo devoró todo el fuego.


Os reuniré, soplaré contra vosotros el fuego de mi furor y os fundiré dentro de la ciudad.


Esto dice el Señor Dios: Lo juro en el ardor de mi cólera; a los restos de las naciones, a Edón entero me dirijo, a los que se han atribuido la posesión de mi tierra, con la alegría en el corazón y el desprecio en el alma para saquearla y expoliarla.


y en mis celos, en el ímpetu de mi furor, lo aseguro: Aquel día habrá un gran temblor de tierra en el suelo de Israel.


Se empleará en vano vuestra fuerza, pues la tierra no producirá nada y los árboles del campo no darán sus frutos.


Buscad al Señor y viviréis, no sea que invada como el fuego la casa de José y devore a Betel, sin que haya quien la apague.


El Señor me hizo ver esto: Él suscitaba una llama de fuego que devoraba el gran abismo e iba a devorar la porción del Señor.


Bajo sus pasos los montes se derriten, se disuelven los valles como la cera al fuego, como aguas precipitadas en una pendiente.


Te ven los montes y tiemblan, un diluvio de agua irrumpe, el abismo deja oír su voz, levanta a lo alto sus manos.


Ni la plata ni el oro que poseen podrán salvarlos. En el día de la ira del Señor la tierra entera será devorada por el fuego de su celo, pues él destruirá y exterminará de improviso a todos los habitantes de la tierra.


Por eso, espérame - dice el Señor- el día en que me levante como testigo de cargo. Porque he decidido reunir a las gentes, congregar a los reinos, para derramar sobre ellos mi ira, todo el furor de mi cólera; por el fuego de mi celo será devorada toda la tierra.


Bajaron vivos al abismo, ellos y todos sus bienes; la tierra se cerró sobre ellos y desaparecieron de en medio de la asamblea.


Un fuego que salía del Señor devoró a los 250 hombres que ofrecían el incienso.


No tengáis miedo de los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien al que puede perder el alma y el cuerpo en el fuego.


Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, sácatelo y tíralo lejos de ti. Es mejor entrar con un solo ojo en la vida que con dos ojos ser arrojado al fuego.


¡Serpientes, raza de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del fuego? Por eso yo os envío profetas, sabios y maestros de la ley;


El Señor lo separará de las tribus de Israel para su perdición, según las maldiciones de la alianza escritas en este libro de la ley.


entre llamas de fuego, para tomar venganza de los que no conocen a Dios y no obedecen al evangelio de Jesús, nuestro Señor.


Porque nuestro Dios es fuego devorador.


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