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1 Tesalonicenses 2:19 - Biblia Martin Nieto

19 Y es que, ¿quién es en verdad nuestra esperanza, nuestro gozo, nuestra corona de gloria delante de nuestro Señor Jesucristo en el día de su venida? ¿Quién sino vosotros?

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Biblia Reina Valera 1960

19 Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Después de todo, ¿qué es lo que nos da esperanza y alegría?, ¿y cuál será nuestra orgullosa recompensa y corona al estar delante del Señor Jesús cuando él regrese? ¡Son ustedes!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 En efecto, ¿quién sino ustedes es nuestra esperanza, nuestra alegría y la corona de la que nos sentiremos orgullosos ante Jesús, nuestro Señor, cuando venga?

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o regocijo, o corona en que nos gloriamos? ¿No lo sois vosotros mismos delante de nuestro Señor Jesús° al tiempo de su advenimiento?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Porque, ¿cuál es nuestra esperanza o alegría o corona de gloria de que sentirnos orgullosos ante nuestro Señor Jesús en su parusía, sino vosotros mismos? Sí, vosotros sois nuestra gloria y nuestra alegría.

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1 Tesalonicenses 2:19
35 Referans Kwoze  

Una mujer virtuosa es la corona de su marido, una mujer desvergonzada es como la carcoma en sus huesos.


El rey concede su favor a los labios justos, y ama al que habla con rectitud.


La corona de los ancianos son sus nietos, la gloria de los hijos son sus padres.


Sobre tu cabeza pondrá una diadema de gracia, te ceñirá una corona de gloria'.


Serás una corona preciosa en manos del Señor, una diadema real en la palma de tu Dios.


Porque el hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces dará a cada uno según sus obras.


Porque si alguien se avergüenza de mí y de mi doctrina ante esta generación adúltera y pecadora, también el hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles'.


Jesús le dijo: 'Si yo quiero que éste se quede hasta que yo venga, a ti ¿qué? Tú sígueme'.


Pero cada uno por su turno: el primero, Cristo; luego, cuando Cristo vuelva, los que son de Cristo.


Así pues, nada juzguéis antes de tiempo, hasta que venga el Señor, que iluminará los escondrijos de las tinieblas y pondrá de manifiesto las intenciones del corazón, y entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que merezca.


lo que ya en parte habéis entendido, que en el día de Jesús nuestro Señor vosotros estaréis orgullosos de nosotros y nosotros lo estaremos de vosotros.


manteniendo firme la palabra de vida, de modo que pueda presumir en el día de Cristo de no haber corrido ni trabajado inútilmente.


Por tanto, hermanos míos queridísimos, mi alegría y mi corona, manteneos firmes en el Señor, queridos míos.


Sí, ciertamente, vosotros sois nuestra corona y nuestro gozo.


Que él fortalezca vuestros corazones en una santidad sin tacha ante Dios, nuestro Padre, para cuando venga Jesús, nuestro Señor, con todos los suyos.


Ved, pues, lo que os decimos como palabra del Señor: nosotros, los vivos, los que estamos todavía en tiempo de la venida del Señor, no precederemos a los que murieron.


Que el Dios de la paz os santifique plenamente, y que todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea conservado irreprochablemente para la venida de nuestro Señor Jesucristo.


hasta el punto de que nos sentimos orgullosos de vosotros en medio del pueblo de Dios por la fortaleza y por la fe con que soportáis los sufrimientos y las persecuciones.


y a vosotros, que sufrís, daros el descanso en compañía nuestra, cuando Jesús, el Señor, aparezca en el cielo con sus ángeles poderosos,


Hermanos, respecto de la venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, os rogamos


mientras aguardamos el feliz cumplimiento de lo que se nos ha prometido y la manifestación gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo,


Tened paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. Ved cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando pacientemente hasta que caigan las lluvias tempranas y las tardías.


Aguardad también vosotros pacientemente; fortaleced vuestros ánimos, porque la venida del Señor está próxima.


Y cuando aparezca el supremo pastor, recibiréis la corona imperecedera de la gloria.


Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo basados en fábulas hábilmente imaginadas, sino como testigos oculares de su majestad.


preguntarán: ¿En qué ha venido a quedar la promesa de que Cristo volvería? Nuestros padres han muerto y nada ha cambiado, todo sigue igual desde que el mundo es mundo.


Ahora, hijos míos, permaneced unidos a Cristo, para que, cuando él venga, podamos sentirnos seguros y no nos avergoncemos de encontrarnos lejos de él en su venida.


Al único Dios, nuestro Salvador, que es poderoso para guardaros sin pecado y presentaros intachables ante su gloria con alegría,


Miradlo, viene entre nubes; lo verán todos, aun los que lo traspasaron, y se lamentarán sobre él todas las naciones de la tierra. Sí. Amén.


Yo voy a llegar en seguida, y llevo conmigo la recompensa que voy a dar a cada uno según sus obras.


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