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1 Tesalonicenses 2:13 - Biblia Martin Nieto

13 Por todo ello damos continuamente gracias a Dios: porque, al recibir la palabra de Dios que os predicamos, la abrazasteis no como palabra de hombre, sino como lo que es en verdad, la palabra de Dios, que permanece vitalmente activa en vosotros, los creyentes.

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Biblia Reina Valera 1960

13 Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Por lo tanto, nunca dejamos de darle gracias a Dios de que cuando recibieron su mensaje de parte nuestra, ustedes no consideraron nuestras palabras como solo ideas humanas. Tomaron lo que dijimos como la misma palabra de Dios, la cual, por supuesto, lo es. Y esta palabra sigue actuando en ustedes los que creen.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 De ahí que no cesamos de dar gracias a Dios porque al recibir de nosotros la enseñanza de Dios la aceptaron, no como enseñanza de hombres, sino como Palabra de Dios. Porque eso es realmente y como tal actúa en ustedes los creyentes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Y por esto damos gracias sin cesar a Dios, porque habiendo recibido de nosotros la palabra del mensaje de Dios, la aceptasteis, no como palabra de hombres, sino tal como es en verdad, palabra de Dios, que obra también en vosotros que creéis.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Por eso precisamente damos sin cesar gracias a Dios; porque cuando acogisteis la palabra de Dios que nosotros os anunciábamos, no la acogisteis como palabra humana, sino -como es en realidad- como palabra de Dios, que ejerce su acción en vosotros, los creyentes.

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1 Tesalonicenses 2:13
41 Referans Kwoze  

'La palabra que nos has dirigido en nombre del Señor no queremos escucharla,


Entonces Zorobabel, hijo de Sealtiel; Josué, hijo de Yehosadac, sumo sacerdote, y todo el resto del pueblo escucharon la voz del Señor, su Dios, y las palabras de Ageo, el profeta, según la misión que el Señor le había encomendado, y el pueblo se llenó de temor ante el Señor.


Pues no sois vosotros los que habláis, es el Espíritu de vuestro Padre el que habla en vosotros.


'El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y quien me recibe a mí recibe a quien me ha enviado.


Pero él le dijo: 'Dichosos más bien los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica'.


Mientras la gente se agolpaba en torno a él para oír la palabra de Dios, él estaba junto al lago de Genesaret


'La parábola quiere decir esto: La semilla es la palabra de Dios.


Él respondió: 'Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios y la cumplen'.


Vosotros estáis ya limpios por la palabra que os he dicho.


Conságralos en la verdad: tu palabra es la verdad.


Por ellos yo me consagro a ti, para que también ellos sean consagrados en la verdad'.


Te mandé a buscar en seguida; y has hecho bien en venir. Y ahora aquí estamos todos delante de Dios para escuchar todos los preceptos que el Señor te ha dado'.


Los paganos, al oírlo, se llenaron de alegría y aplaudieron la palabra del Señor; y todos los que estaban destinados a la vida eterna abrazaron la fe.


Una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, fiel a Dios, nos estaba escuchando. El Señor abrió su corazón para que aceptase las cosas que Pablo decía.


Los judíos de Berea eran más abiertos que los de Tesalónica, y recibieron la palabra con buena disposición, estudiando diariamente las Escrituras para ver si todo era así.


Al oír hablar de la resurrección de los muertos, unos se burlaban y otros dijeron: 'Te oiremos sobre esto otra vez'.


Y los que acogieron su palabra se bautizaron; y aquel día se agregaron unas tres mil personas.


Los apóstoles, que estaban en Jerusalén, al saber que Samaría había recibido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan;


Por consiguiente, la fe proviene de la predicación; y la predicación es el mensaje de Cristo.


Y todos nosotros, con la cara descubierta, reflejando como en un espejo la gloria del Señor, nos transformamos en su misma imagen, resultando siempre más gloriosos, bajo el influjo del Espíritu del Señor.


y aunque mi enfermedad fue para vosotros una prueba, no me despreciasteis ni me rechazasteis, sino que me acogisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús.


que llegó hasta vosotros, y que, como fructifica y crece en todo el mundo, así también ha sucedido entre vosotros desde el día en que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en la verdad,


Pues la palabra de Dios es viva y eficaz y más aguda que espada de dos filos; ella penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las articulaciones y de la médula, y es capaz de juzgar los sentimientos y los pensamientos.


Porque también nosotros, como ellos, hemos recibido la buena nueva; pero a ellos no les aprovechó la palabra que habían oído, porque al escucharla no se unieron a ella por la fe.


Él nos ha engendrado según su voluntad por la palabra de la verdad, para que seamos como las primicias de sus criaturas.


como quienes han nacido de nuevo y no de una semilla corruptible sino incorruptible la palabra viva y eterna de Dios;


pero la palabra del Señor permanece por siempre. Ésta es la palabra que os ha traído el evangelio


Como niños recién nacidos apeteced la leche espiritual no adulterada, para que alimentados con ella crezcáis en orden a la salvación,


Recordad las palabras que os anunciaron los santos profetas, y el mandamiento del Señor y Salvador transmitido por vuestros apóstoles.


El que tiene esta esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro.


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