Proverbios 11:3 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

³ Al bueno lo guía la justicia; al traidor lo destruye la hipocresía.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

³ La integridad de los rectos los encaminará; Pero destruirá a los pecadores la perversidad de ellos.

Biblia Nueva Traducción Viviente

³ La honestidad guía a la gente buena; la deshonestidad destruye a los traicioneros.

Biblia Católica (Latinoamericana)

³ La integridad guía a los hombres rectos; la perversidad lleva a los impíos a su perdición.

La Biblia Textual 3a Edicion

³ La integridad de los rectos los encamina, Pero a los pecadores los destruye su propia maldad.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

³ La integridad guía a los justos; la falsedad arruina a los impíos.

Proverbios 11:3 Referans Kwoze

Salmos 25:21

En ti he puesto mi confianza. Mi honradez y mi inocencia me harán salir victorioso.

Salmos 26:1

1-2 (1b-2) Dios mío, declárame inocente, pues vivo una vida honrada y en ti confío ciegamente. Dime si te agrada lo que pienso y lo que siento.

Proverbios 11:5

Cuando somos honrados, todo en la vida es más fácil; pero a los malvados su propia maldad los destruye.

Proverbios 13:6

Al bueno lo protege su honradez; al pecador lo arruina su maldad.

Proverbios 19:3

El tonto fracasa en todo, y luego dice: «¡Dios tiene la culpa!»

Proverbios 2:22

En cambio, esos malvados, en los que no se puede confiar, serán destruidos por completo.

Proverbios 21:7

La violencia destruye a los malvados porque se niegan a hacer justicia.

Proverbios 22:12

Dios protege al sabio, pero pone en vergüenza al mentiroso.

Proverbios 28:18

El hombre honrado quedará a salvo; el de mala conducta un día caerá.

Eclesiastés 7:17

¡Ni tan malo ni tan tonto que mueras antes de tiempo!

Isaías 1:28

Pero haré pedazos a los rebeldes y a los que me abandonen.

Números 31:8

Entre los hombres que mataron estaban cinco reyes madianitas: Eví, Réquem, Sur, Hur y Reba. También estaba Balaam hijo de Beor.

Juan 7:17

Si alguien quiere obedecer a Dios, podrá saber si yo enseño lo que Dios ordena, o si hablo por mi propia cuenta.