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Oseas 9:17 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

17 Oseas le dijo al pueblo: «Israelitas, mi Dios los rechazará porque lo han desobedecido. Por eso perderán su patria y andarán vagando entre las naciones.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

17 Mi Dios los desechará, porque ellos no le oyeron; y andarán errantes entre las naciones.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Mi Dios rechazará al pueblo de Israel porque no quiere escuchar ni obedecer. Será un vagabundo, sin hogar entre las naciones.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Como no le hicieron caso, mi Dios los echará de su presencia y andarán como vagabundos por la tierra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Mi Dios los desechará, porque ellos no lo escucharon, Y andarán errantes entre las naciones.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Mi Dios los rechazará porque no lo escucharon: andarán errantes entre las naciones.

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Oseas 9:17
34 Referans Kwoze  

Pero Micaías le contestó: —Juro por Dios que solo diré lo que Dios me diga.


Pero la gente siempre se burlaba de los mensajeros de Dios y de los profetas, y no les hacían caso. Y así siguieron hasta que Dios ya no aguantó más y, muy enojado, decidió castigarlos.


Luego oré y le dije a Dios: «Te ruego que te acuerdes de todo lo que he hecho por esta gente».


14 (15) ¡Pero tú eres mi Dios! ¡En ti he puesto mi confianza!


Quien no acepta las reprensiones será destruido, y nadie podrá evitarlo.


¡Ojalá me hubieras hecho caso! Entonces habrías sido muy feliz


Entonces Isaías dijo: «Escuchen ustedes, los de la familia del rey de Judá: ¿No les basta con fastidiar a los hombres que también quieren molestar a Dios?


Los llaman “basura”, porque yo los deseché».


Yo les he hablado muchas veces, pero no han querido escucharme; en vez de tomar en cuenta mis advertencias, han seguido haciendo lo malo. Les juro que así es.


pero los voy a expulsar de mi presencia, así como expulsé a todos sus hermanos, los descendientes de Efraín.’”


pues ambos se han alejado de mí. Por eso, aunque coman mucho, siempre se quedarán con hambre; y por más que traten de tener hijos, jamás llegarán a tenerlos.


»Mi pueblo no ha querido reconocerme como su Dios, y por eso se está muriendo. ¡Ni los sacerdotes me reconocen! Por eso no quiero que sigan sirviendo en mi templo. Ya que olvidaron mis mandamientos, yo también me olvidaré de sus hijos.


»¡Qué mal les va a ir! ¡Se arrepentirán de haberme abandonado! ¡Terribles cosas vendrán sobre ellos porque se han rebelado contra mí! Yo estoy dispuesto a salvarlos, pero ellos solo me dicen mentiras.


Entonces me preguntó: —¿Qué es lo que ves, Amós? Yo le respondí: —Veo una canasta llena de fruta madura. Entonces Dios me dijo: —Israel está lleno de maldad. Ya no volveré a perdonar sus pecados.


»Pueblo de Israel, ahora mismo daré la orden de que ustedes sean sacudidos, como se sacude el trigo para limpiarlo de basura, sin dejar caer un solo grano.


Yo, por mi parte, pondré mi confianza en Dios. Él es mi salvador, y sé que habrá de escucharme.


Tiempo atrás, mis profetas hablaron con los antepasados de ustedes y les dijeron que ya no siguieran pecando contra mí. A pesar de eso, ustedes no me hicieron caso; al contrario, me desobedecieron. Yo soy su Dios, y les aseguro que así fue.


Jesús le dijo: —No me detengas, pues todavía no he ido a reunirme con mi Padre. Pero ve y dile a mis discípulos que voy a reunirme con él, pues también es Padre de ustedes. Él es mi Dios, y también es Dios de ustedes.


Tomás contestó: —¡Tú eres mi dueño y mi Dios!


Los jefes judíos comenzaron a preguntarse entre ellos: «¿Y a dónde podrá ir, que no podamos encontrarlo? ¿Acaso piensa ir a vivir entre los judíos de otros países, y enseñar también a los que no son judíos?


El que no lo obedezca, dejará de ser parte de nuestro pueblo.”


”Hasta pensé en dispersarlos por diferentes países, y que nadie volviera a recordarlos.


»Cuando ustedes hayan ocupado esa tierra, y tengan hijos y nietos, no se hagan ningún ídolo, ni mucho menos vayan a adorarlo. Estarían cometiendo un terrible pecado, y harían que Dios se enojara.


»Solo a unos cuantos Dios les permitirá vivir en otros países.


Por eso, de sus riquezas maravillosas mi Dios les dará, por medio de Jesucristo, todo lo que les haga falta.


Yo, Santiago, estoy al servicio de Dios y del Señor Jesucristo, y les envío un saludo a los cristianos que viven en todo el mundo.


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