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Oseas 9:15 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

15 «Ustedes los israelitas llegaron a Guilgal y cometieron toda clase de maldad; por eso he dejado de amarlos, y los echaré de aquí. Ustedes son tan rebeldes como lo fueron sus jefes; por eso he dejado de amarlos.

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Biblia Reina Valera 1960

15 Toda la maldad de ellos fue en Gilgal; allí, pues, les tomé aversión; por la perversidad de sus obras los echaré de mi casa; no los amaré más; todos sus príncipes son desleales.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Dice el Señor: «Toda su perversidad empezó en Gilgal; allí comencé a odiarlos. A causa de sus malas acciones, los sacaré de mi tierra. Ya no los amaré porque todos sus líderes son rebeldes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 En Guilgal salió a relucir toda su maldad. Allí fue donde les tomé odio. Los echaré de mi Casa por todos sus crímenes; no les tendré más cariño, pues todos sus jefes son unos rebeldes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Toda su maldad empezó en Gilgal,° Allí, pues, comencé a aborrecerlos, Por la maldad de sus hechos los arrojé de mi Casa, No volverán más a ser amados por mí, Todos sus príncipes son apóstatas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 En Guilgal está toda su maldad: sí; allí los odié. Por la maldad de sus acciones los arrojaré de mi casa. No volveré a amarlos; todos sus jefes son rebeldes.

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Oseas 9:15
38 Referans Kwoze  

Por eso Dios abandonó Siló, que era donde vivía en este mundo;


»Los gobernantes son rebeldes y amigos de bandidos. A cambio de dinero y de regalos declaran culpable al inocente. Maltratan al huérfano y niegan ayuda a las viudas.


»Este es mi pueblo querido, pero ya ha pecado demasiado; ¿para qué viene ahora a mi templo, a presentarme sus ofrendas? Ni con ofrendas ni con fiestas evitarán el castigo.


porque se rebeló contra mí. Se portó conmigo como león salvaje.


Dios me dijo: «Jeremías, aleja de mí a los israelitas. Diles que se vayan. ¡Yo no voy a perdonarlos! No lo haría, ni aunque sus antepasados, Moisés y Samuel, me lo pidieran.


Aunque supo que yo rechacé a Israel, me fue infiel y me puso en vergüenza al adorar a otros dioses.


Entonces decidí hablar con sus jefes, pues creí que ellos sí entenderían. Pero también ellos te desobedecieron y no quisieron hacerte caso.


Tus gobernantes siempre están dispuestos a matar y eliminar gente, con tal de hacerse ricos. ¡Parecen lobos que despedazan a su presa!


»Pero también yo sentí asco de ella, como antes lo había sentido de su hermana. Ella, por su parte, se acordó de los días de su juventud en Egipto. Se acordó de cuando dejaba que los egipcios le tocaran los pechos, y de cuando tenía relaciones sexuales con ellos. Oholibá amaba a los egipcios con locura porque, en su trato sexual, se portaban como animales. »Tú, Oholibá, sentiste nostalgia al acordarte de esos días, y te entregaste de lleno a la prostitución.


Tiempo después, Gómer volvió a quedar embarazada y tuvo una hija. Entonces Dios le dijo a Oseas: «A esta niña la llamarás Lo-ruhama, que quiere decir “no-compadecida”, porque no volveré a perdonar ni a tener compasión de los habitantes del reino de Israel.


Entonces Dios le dijo a Oseas: «A este niño lo llamarás Lo-amí, que quiere decir “no-mi pueblo”. Porque los israelitas ya no son mi pueblo y yo he dejado de ser su Dios.


11 (12) »¡Los israelitas que viven en Galaad, son gente malvada! Van a Guilgal, y allí matan toros para ofrecerlos a sus dioses; ¡pero yo los destruiré por completo! ¡Sus altares quedarán en ruinas! ¡Quedarán esparcidos por el campo!»


2 (3) Oseas le dijo al pueblo: «Dios ha iniciado un juicio contra el pueblo de Israel; va a castigar su mala conducta.


Lo mismo sucederá con los israelitas: Durante mucho tiempo no tendrán rey ni jefe; tampoco podrán presentar ofrendas a Dios, ni sabrán lo que Dios quiere que hagan; además, no tendrán sacerdotes ni ídolos familiares.


Si ustedes, israelitas, siguen adorando a otros dioses, ¡por lo menos que Judá no siga ese mal ejemplo! ¡Ya no adoren a esos ídolos de Guilgal y Bet-avén! ¡Ya no juren en mi nombre!


»La verdad es que castigaré tanto al pueblo como a los sacerdotes,


Yo los conozco muy bien: están llenos de maldad, pero ellos no quieren reconocerlo.


Oseas le dijo al pueblo: «Israelitas, mi Dios los rechazará porque lo han desobedecido. Por eso perderán su patria y andarán vagando entre las naciones.


No tendrás pan ni vino para ofrecerlos en honor de tu Dios; el poco pan que comas será como pan de velorio: solo sirve para calmar el hambre, pero no para ofrecérselo a Dios, porque Dios no lo acepta. »Israel, ya no vivirás en la tierra que Dios te dio. Más bien volverás al país de Egipto y al país de Asiria. Allí tendrás que alimentarte con lo que Dios te ha prohibido comer.


Yo les mostraré mi desprecio destruyendo sus pequeños templos de las colinas, derribando sus altares y amontonando sus cadáveres encima de sus ídolos.


«¡Ya que a ustedes les gusta tanto pecar, sigan adorando a sus ídolos en el santuario de Betel y en el santuario de Guilgal! No me importa lo que hagan. Yo, el Dios de Israel, les juro que así es. »¡Sigan pecando más y más! Sigan presentando sus ofrendas todas las mañanas, y lleven cada tercer día la décima parte de sus cosechas; presenten toda clase de ofrendas, y anuncien sus ofrendas voluntarias.


Por eso haré que a ustedes se los lleven presos a otro país que está más allá de Siria. Yo, el Dios todopoderoso, les juro que así será».


No vayan al santuario de Betel, porque pronto será destruido; tampoco vayan al santuario de Beerseba ni pasen por el de Guilgal, porque todos sus habitantes serán llevados presos a otro país.


Los sacerdotes, profetas y jueces enseñan, predican o dictan sentencia solo a cambio de dinero. »Y para colmo se atreven a decir: “No tenemos nada que temer. ¡Dios está con nosotros!”


»Recuerda también, pueblo mío, que Balac, rey de Moab, tenía pensado hacerte daño, pero que Balaam hijo de Beor te bendijo en mi nombre. »No olvides tampoco lo que ocurrió cuando pasaste de Sitim a Guilgal; reconoce que yo fui quien te salvó». Ustedes, israelitas, se defienden diciendo:


»Tus jefes más importantes parecen leones feroces; tus gobernantes parecen lobos, que atacan por la noche y no dejan nada para la mañana.


Como los pastores no me querían, ni yo los quería a ellos, en un mes despedí a tres.


»Es verdad que en esta ciudad se unieron Herodes Antipas, Poncio Pilato, el pueblo romano y el pueblo de Israel, para matar a Jesús, a quien tú elegiste para que fuera nuestro rey.


Ya estaba por amanecer cuando los apóstoles llegaron frente al templo y empezaron a hablarle a la gente. Mientras tanto, el jefe de los sacerdotes y sus ayudantes reunieron a toda la Junta Suprema y a los líderes del pueblo. Después mandaron traer a los apóstoles,


Después de eso, volvió Josué con todo el ejército israelita al campamento en Guilgal.


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