pero a Aarón y a sus hijos les pertenecen el pecho del carnero que se ofreció en su consagración y el muslo de la ofrenda. De ahora en adelante, el pecho y el muslo del carnero que los israelitas me ofrezcan para pedirme perdón por algún pecado, será para Aarón y sus descendientes. Esta será una ley permanente.
«Diles a los descendientes de Leví que cuando reciban la décima parte que deben entregarme los israelitas, también ellos deberán entregarme una décima parte de lo que reciban,
»De la parte que le corresponde al pueblo, sepárame una de cada cincuenta mujeres y uno de cada cincuenta animales, y entrégaselos a los descendientes de Leví que trabajan en el santuario».