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Miqueas 5:4 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

4 4 (5.3) Entonces Dios le dará a ese rey toda su fuerza y poder para dirigir a su pueblo y hacerlo vivir en paz. Ese rey extenderá su dominio hasta el último rincón de la tierra.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Y él estará, y apacentará con poder de Jehová, con grandeza del nombre de Jehová su Dios; y morarán seguros, porque ahora será engrandecido hasta los fines de la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Y él se levantará para dirigir a su rebaño con la fuerza del Señor y con la majestad del nombre del Señor su Dios. Entonces su pueblo vivirá allí tranquilo, porque él es exaltado con honores en todas partes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 El mismo será su paz. Cuando Asiria invada nuestra tierra y pise nuestro suelo, le opondremos siete pastores, ocho de nuestros jefes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Estará firme y apacentará con el poder de YHVH, Con la grandeza del nombre de YHVH su Dios, Y habitarán seguros, Porque entonces será engrandecido hasta los fines de la tierra,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Él será la paz. Asur invadirá nuestro país, pisará nuestro suelo; pero levantaremos contra él siete pastores y ocho príncipes del pueblo,

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Miqueas 5:4
37 Referans Kwoze  

27 (28) Dios mío, desde países lejanos, todas las tribus y naciones se acordarán de ti y vendrán a adorarte.


¡Bendito seas por siempre! ¡Que tu grandeza llene toda la tierra! ¡Que así sea!


¡Que extienda el rey su dominio de mar a mar y de oriente a occidente!


Dios mío, tú eres nuestro rey. Has mostrado tu majestad, tu grandeza y tu poder. Has afirmado el mundo, y jamás se moverá.


Nuestro Dios se acordó de Israel, su pueblo amado. ¡Los más lejanos lugares de la tierra han visto el triunfo de nuestro Dios!


Obedézcanlo siempre, porque yo mismo le he dado autoridad para actuar en mi lugar; él los castigará si no lo obedecen.


’Vengan a mí todos los pueblos que habitan en lugares lejanos. Yo los salvaré, porque yo soy Dios y no hay otro.


Dios me formó desde antes que naciera para que fuera yo su fiel servidor, y siempre estuviéramos unidos. Para Dios, yo valgo mucho; por eso él me fortalece».


Dios mostrará su poder a todas las naciones, y todas las regiones de la tierra verán la salvación de nuestro Dios.


Dios dijo: «Mi fiel servidor triunfará; se le pondrá en un alto trono y recibirá los honores que merece.


»Por eso enviaré contra Judá al ejército de Asiria. Los asirios la atacarán y la destruirán, como cuando se inunda el río Éufrates, y el agua se desborda por todos sus canales cubriendo todo lo que se pone en su camino.


»Dios nuestro, cuida de tu pueblo; cuida de este rebaño tuyo. Aunque vivimos en tierras fértiles parecemos ovejas perdidas en el bosque. Tú eres nuestro pastor, ven y ayúdanos como lo hiciste en otros tiempos. Aliméntanos con lo mejor que nos ofrecen las regiones de Basán y de Galaad.


El Dios todopoderoso afirma: «¡Despiértate, espada, y mata a mi rey escogido! ¡Mata a mi mejor amigo! Así mi pueblo se dispersará y yo acabaré con sus descendientes.


Destruirá todas las armas de guerra y en todo Israel destruirá los ejércitos; anunciará la paz en todas las naciones, y dominará de mar a mar, ¡del río Éufrates al fin del mundo!


Ustedes lo verán con sus propios ojos, y entonces dirán: “¡La grandeza de nuestro Dios va más allá de nuestras fronteras!”»


Por eso te llamaré Pedro, que quiere decir “piedra”. Sobre esta piedra construiré mi iglesia, y la muerte no podrá destruirla.


«Tú, Belén, eres importante entre los pueblos de Judá. De ti nacerá un príncipe, que guiará a mi pueblo Israel.»


»Cuando yo, el Hijo del hombre, regrese, vendré como un rey poderoso, rodeado de mis ángeles, y me sentaré en mi trono.


Este niño llegará a ser muy importante, y lo llamarán “Hijo del Dios altísimo”. Dios lo hará rey, como hizo con su antepasado David;


Pero si yo lo obedezco, crean en lo que hago, aunque no crean en lo que digo. Así, de una vez por todas, sabrán que mi Padre y yo somos uno solo.


Jesús le dijo: —No me detengas, pues todavía no he ido a reunirme con mi Padre. Pero ve y dile a mis discípulos que voy a reunirme con él, pues también es Padre de ustedes. Él es mi Dios, y también es Dios de ustedes.


Demos gracias al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo por las bendiciones espirituales que Cristo nos trajo del cielo.


Ustedes confían en Dios, y por eso él los protege con su poder, para que puedan ser salvados tal y como está planeado para los últimos tiempos.


Yo, Judas, estoy al servicio del Señor Jesucristo y soy hermano de Santiago. Escribo esta carta a todos los que Dios el Padre ama y ha elegido, y que Jesucristo también cuida.


El séptimo ángel tocó su trompeta, y en el cielo se oyeron fuertes voces que decían: «Nuestro Dios y su Mesías ya gobiernan sobre todo el mundo, y reinarán para siempre.»


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