Dios les dijo a los habitantes de Judá y de Jerusalén: «Preparen su corazón para recibir mi mensaje. Cumplan el pacto que hice con ustedes, pero cúmplanlo en verdad. Mi mensaje es como una semilla; ¡no la siembren entre espinos! Si siguen haciendo lo malo, mi enojo se encenderá como un fuego y nadie podrá apagarlo.
»Luego están las semillas que cayeron entre los espinos. Estas semillas representan a los que oyen el mensaje, pero no dejan que el mensaje cambie sus vidas. Solo piensan en lo que necesitan y en cómo hacerse ricos.
Pero como no lo entienden muy bien, la alegría les dura muy poco. Tan pronto como tienen problemas, o son maltratados por ser obedientes a Dios, se olvidan del mensaje.
»Otras semillas cayeron entre espinos. Cuando los espinos crecieron, ahogaron el trigo y no lo dejaron crecer. Por eso, las semillas no produjeron nada.
Las semillas que cayeron entre espinos representan a los que oyen el mensaje, pero no dejan que el mensaje cambie sus vidas, pues viven preocupados por tener más dinero y por divertirse.