24 Así fue como los israelitas acabaron con todos los de Ai que estaban en el valle y que habían salido a perseguirlos. Después volvieron a Ai y mataron a todos los que estaban en la ciudad.
24 Y cuando los israelitas acabaron de matar a todos los moradores de Hai en el campo y en el desierto a donde los habían perseguido, y todos habían caído a filo de espada hasta ser consumidos, todos los israelitas volvieron a Hai, y también la hirieron a filo de espada.
24 Cuando el ejército israelita terminó de perseguir y de matar a todos los hombres de Hai en campo abierto, regresó y acabó con la gente que había quedado en la ciudad.
24 Israel acabó de masacrar a todos los habitantes de Aí, a los que perseguía en el campo o en el desierto: todos murieron a espada, hasta el último. Luego Israel se volvió contra Aí y pasó a cuchillo la ciudad.
24 Y cuando Israel puso fin a la matanza de todos los habitantes de Hai en el campo (aun en el desierto hasta donde los persiguieron), y todos cayeron a filo de espada hasta que fueron consumidos, sucedió que todo Israel retornó a Hai, y la arrasaron a filo de espada.
24 Cuando Israel acabó de matar a todos los habitantes de Ay en la campiña, en el desierto, hasta donde éstos los habían perseguido, y cuando todos habían caído a filo de espada hasta su total exterminio, se volvieron los israelitas hacia Ay y la pasaron también a filo de espada.
Pero los israelitas lo vencieron y se adueñaron de todo el país. Así fue como los israelitas se quedaron a vivir en todas las ciudades amorreas, es decir, en Hesbón y en todas las ciudades que hay entre el río Arnón y el río Jaboc. En este río empieza el país de los amonitas, que está bien vigilado por su ejército.
Ese día, mientras Josué mantuvo su lanza en dirección a la ciudad, los israelitas mataron a todos los habitantes de Ai, que eran unos doce mil entre hombres y mujeres.