En esa ocasión, Salomón y todo Israel celebraron la fiesta de las enramadas, la cual duró siete días. Hubo muchísima gente, pues los israelitas habían venido de todas partes del país, desde Hamat hasta el arroyo de Egipto. Luego celebraron otra fiesta de siete días; en total fueron catorce días de fiesta.
En ese tiempo llegó Tiglat-piléser, y conquistó las ciudades de Iión, Abel-bet-maacá, Janóah, Quedes, Hasor, Galaad, Galilea y toda la región de Neftalí. A los habitantes de esos lugares se los llevó prisioneros.
cuando los jefes israelitas fueron a explorar la región. Empezaron por el sur, por el desierto de Sin, y de allí se fueron hasta Rehob, que está cerca de Hamat.
También les entregué la región del Arabá, que está en la parte este del monte Pisgá. Ese territorio tiene como límite el río Jordán, y va del lago Quinéret hasta el Mar Muerto.
En el valle les tocó Bet-aram, Bet-nimrá, Sucot y Safón, que era la otra parte del territorio que el rey Sihón había gobernado desde Hesbón, con el Jordán como frontera en la punta del Lago de Galilea al este del Jordán.
La frontera sur comenzaba en el Jordán; llegaba, por el oeste, hasta la ciudad de Aznot-tabor. Allí giraba al norte y seguía por la frontera de la tribu de Zabulón, hasta la ciudad de Hucoc. Después seguía hacia el oeste, siempre bordeando la frontera de Zabulón. Al oeste, su frontera daba con el territorio de la tribu de Aser, y al este, con el río Jordán.
Los israelitas eligieron las siguientes ciudades: Quedes, en Galilea, en las montañas de la tribu de Neftalí. Siquem, en las montañas de la tribu de Efraín. Hebrón, en las montañas de la tribu de Judá.
Cierto día, ella mandó llamar a Barac hijo de Abinóam, que vivía en Quedes, un pueblo de la tribu de Neftalí, y le dijo: —El Dios de Israel, que es el Dios verdadero, te ordena reunir en el monte Tabor a diez mil hombres de las tribus de Neftalí y de Zabulón.