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Isaías 52:2 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

2 »¡Jerusalén, levántate! ¡Sacúdete el polvo! ¡Quítate del cuello las cadenas, y siéntate en el trono!

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Biblia Reina Valera 1960

2 Sacúdete del polvo; levántate y siéntate, Jerusalén; suelta las ataduras de tu cuello, cautiva hija de Sion.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Levántate del polvo, oh Jerusalén, y siéntate en un lugar de honor. Quítate del cuello las cadenas de la esclavitud, oh hija cautiva de Sion.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 ¡Sacude el polvo! ¡Levántate, Jerusalén, tú que estabas cautiva, y desata las ligaduras de tu cuello, Hija de Sión!

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 ¡Sacúdete el polvo, ponte en pie! ¡Entronízate,° oh Jerusalem! ¡Desata las ataduras de tu cerviz, Oh cautiva hija de Sión!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Sacúdete el polvo, levántate, siéntate, Jerusalén; desata las correas de tu cuello, cautiva, hija de Sión;

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Isaías 52:2
19 Referans Kwoze  

Entonces, yo, el Dios de Israel, los libraré de los asirios y de su terrible dominio”.


Haré pedazos a los asirios que ahora ocupan mi tierra; los aplastaré en mis montañas. ¡Libraré a mi pueblo de su esclavitud!


Tú serás humillada, quedarás tirada en el suelo; apenas se oirán tus palabras, tu voz parecerá la de un fantasma.


La gente llorará y se pondrá de luto, y la ciudad quedará abandonada.


»Tú, Jerusalén, dirás como una madre: “¿Quién me dio tantos hijos? Yo no tenía hijos ni podía tenerlos; me habían dejado sola, quedé completamente abandonada. ¿Quién crio a estos hijos míos? ¿De dónde vinieron?”


»Pronto serán liberados los prisioneros; no les faltará el pan ni morirán en la cárcel,


Más bien castigaré a sus enemigos, esos que les dijeron: ‘¡Tírense al suelo, para que los aplastemos!’ Ustedes obedecieron, ¡y ellos los aplastaron!”»


Isaías dijo: «Habitantes de Jerusalén, ustedes están llenos de esplendor porque la gloria de Dios brilla sobre ustedes. Una noche oscura envuelve a las naciones, pero Dios hará brillar su luz, y así los reyes del mundo verán la gloria futura de Israel».


El fiel servidor de Dios dijo: «El espíritu de Dios está sobre mí, porque Dios me eligió y me envió para dar buenas noticias a los pobres, para consolar a los afligidos, y para anunciarles a los prisioneros que pronto van a quedar en libertad.


4 (3) Tú nos has liberado de los que nos esclavizaron. Tu victoria sobre ellos fue tan grande como tu victoria sobre el pueblo de Madián.


»Ustedes, pueblo mío, no tengan miedo ni se desanimen por los rumores que se escuchan; todos los años hay nuevos rumores, abunda la violencia en el país, y todos los gobernantes se pelean. ¡Salgan ya de Babilonia, y pónganse a salvo de mi enojo!


»Ustedes, los de Judá, que escaparon con vida cuando Jerusalén fue conquistada, y ahora viven en lejanas tierras, ¡salgan ya de Babilonia! Aunque vivan lejos, recuérdenme, y no se olviden nunca de Jerusalén.


»¡Salgan ya de Babilonia! ¡Sálvese quien pueda! ¡No tienen por qué morir por culpa de los babilonios! Finalmente ha llegado la hora en que voy a vengarme de ellos. ¡Voy a darles su merecido!


Los árboles del campo darán sus frutos, la tierra dará su cosecha, y ustedes vivirán tranquilos en su propia tierra. Y cuando yo los libre de quienes los hicieron esclavos, reconocerán que soy el Dios de Israel.


6-7 (10-11) »Yo fui quien los dispersó por todas las naciones, pero ahora les ordeno que salgan ya de Babilonia y regresen a Jerusalén; ¡huyan de ese país del norte! Yo soy el Dios de Israel, y les ordeno que así lo hagan».


A unos los matarán con espada, y a otros los llevarán prisioneros a otros países. La ciudad de Jerusalén será destruida y conquistada por gente de otro país, hasta que llegue el momento en que también esa gente sea destruida.


«El Espíritu de Dios está sobre mí, porque me eligió y me envió para dar buenas noticias a los pobres, para anunciar libertad a los prisioneros, para devolverles la vista a los ciegos, para rescatar a los que son maltratados


Entonces oí otra voz del cielo, que decía: «Ustedes son mi pueblo. Salgan de Babilonia, y no pequen como ella, para que no caigan sobre ustedes las terribles plagas que le vendrán.


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