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Hechos 3:17 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

17 »Israelitas, ni ustedes ni sus líderes se dieron cuenta del mal que estaban haciendo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

17 Mas ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo habéis hecho, como también vuestros gobernantes.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 »Amigos, yo entiendo que lo que ustedes y sus líderes le hicieron a Jesús fue hecho en ignorancia;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Yo sé, hermanos, que ustedes obraron por ignorancia, al igual que sus jefes,

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Y ahora hermanos, yo sé° que lo hicisteis por ignorancia, como también vuestros gobernantes;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Ahora bien, hermanos, yo sé que obrasteis así por ignorancia, al igual que vuestros jefes;

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Hechos 3:17
23 Referans Kwoze  

Abimélec se disculpó, y le aseguró: —No tengo idea de quién pudo haberlo hecho. Tú no me habías dicho nada, y yo no lo supe hasta hoy.


En vez de aceptar, José le contestó: —Mi amo confía en mí, y por eso ha dejado todo a mi cargo. Estando yo al frente de todas sus riquezas, él no tiene nada de qué preocuparse.


pero él les dijo: —¿Por qué me han hecho esto? ¿No sabían que soy adivino?


Como Moisés tardaba mucho en bajar de la montaña del Sinaí, los israelitas se reunieron con Aarón y le dijeron: —Moisés nos sacó de Egipto, pero ahora no sabemos qué le sucedió. Es mejor que hagas un dios, para que sea nuestro guía y protector.


y es demasiado poderoso para nosotros. ¿Podrías venir para echarles una maldición? Yo sé que cuando tú bendices a alguien, le va bien, y que cuando lo maldices, le va mal en todo. Por favor, ven y maldice al pueblo de Israel. Tal vez yo pueda vencerlo y expulsarlo de este territorio».


Pilato reunió entonces a los sacerdotes principales, al pueblo y a sus líderes,


Poco después, Jesús dijo: «¡Padre, perdona a toda esta gente! ¡Ellos no saben lo que hacen!» Mientras los soldados hacían un sorteo para ver quién de ellos se quedaría con la ropa de Jesús,


Todo esto les va a pasar por ser mis discípulos, y porque los de este mundo no conocen a Dios, que fue quien me envió.


Esa gente hará esto porque no me han conocido a mí, ni han conocido a Dios mi Padre.


Ellos le respondieron: —¿También tú crees que de Galilea puede salir algo bueno? Estudia la Biblia y verás que de allá no ha venido ningún profeta.


Sabemos que los habitantes de Jerusalén y los líderes del país no se dieron cuenta de quién era Jesús. Todos los sábados leían los libros de los profetas, pero no se dieron cuenta de que esos libros se referían a Jesús. Entonces ordenaron matar a Jesús y, sin saberlo, cumplieron así lo que los profetas habían anunciado.


El jefe de los sacerdotes y todos los líderes del país saben bien que esto es cierto. Ellos mismos me dieron cartas para mis amigos judíos de la ciudad de Damasco, para que ellos me ayudaran a atrapar más seguidores de Jesús. Yo fui a Damasco para traerlos a Jerusalén y castigarlos.


»Antes, yo pensaba que debía hacer todo lo posible por destruir a los que creían en Jesús de Nazaret.


Los líderes contestaron: —Nosotros no hemos recibido ninguna carta de Judea que hable acerca de ti. Ninguno de los que han llegado de allá te ha acusado de nada malo.


»Un día, los israelitas le dijeron a Aarón, el hermano de Moisés: “Moisés nos sacó de Egipto, pero ahora no sabemos qué le sucedió. Es mejor que nos hagas un dios, para que sea nuestro guía y protector.”


Claro que este plan inteligente de Dios no lo entendió ninguno de los gobernantes del mundo. Si ellos lo hubieran entendido, no habrían colgado de la cruz a nuestro Señor, quien es el dueño de la vida.


Ellos nunca entendieron esto. Por eso hasta el día de hoy, cuando leen los libros de Moisés, no lo entienden. Es como si su entendimiento estuviera cubierto con un velo. Solo Cristo puede ayudarlos a entender.


Son gente ignorante y terca, que no entiende nada, y por eso no disfruta de la vida que Dios da.


En realidad, no sé qué es mejor, y me cuesta mucho trabajo elegir. En caso de seguir con vida, puedo serle útil a Dios aquí en la tierra; pero si muero, iré a reunirme con Jesucristo, lo cual es mil veces mejor.


Antes yo ofendía a Jesucristo, lo perseguía y lo insultaba. Aun así, él confió en mí. Y es que Dios fue bueno conmigo y me perdonó, pues yo todavía no creía en Cristo ni sabía lo que estaba haciendo.


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