Hechos 26:19 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

¹⁹ »Gran rey Agripa, yo no desobedecí esa visión que Dios puso ante mí.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹⁹ Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visión celestial,

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁹ »Por lo tanto, rey Agripa, obedecí esa visión del cielo.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁹ Yo, rey Agripa, no rechacé esta visión celestial.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁹ Por lo cual, oh rey Agripa, no fui desobediente a la visión celestial,

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁹ A partir de entonces, no fui desobediente, rey Agripa, a la visión celestial,

Hechos 26:19 Referans Kwoze

Isaías 50:5

Dios me enseñó a obedecer, y no he sido rebelde ni desobediente.

Isaías 6:8

Enseguida oí la voz de Dios que decía: «¿A quién voy a enviar? ¿Quién será mi mensajero?» Yo respondí: «Envíame a mí, yo seré tu mensajero».

Jeremías 20:9

»Hay días en que quisiera no acordarme más de ti ni anunciar más tus mensajes; pero tus palabras arden dentro de mí; ¡son un fuego que me quema hasta los huesos! He tratado de no hablar, ¡pero no me puedo quedar callado!

Ezequiel 12:7

Yo hice todo lo que Dios me mandó hacer,

Jonás 1:3

Pero en vez de ir a Nínive, Jonás decidió irse lo más lejos posible, a un lugar donde Dios no pudiera encontrarlo. Llegó al puerto de Jope y encontró un barco que estaba a punto de salir. Pagó su pasaje y se embarcó, contento de irse lo más lejos posible de Dios.

Hechos 26:18

Quiero que hables con ellos, para que se den cuenta de todo lo malo que hacen, y para que comiencen a obedecer a Dios. Ellos ahora caminan como si estuvieran ciegos, pero tú les abrirás los ojos. Así dejarán de obedecer a Satanás, y obedecerán a Dios. Podrán creer en mí, y Dios les perdonará sus pecados. Así serán parte del santo pueblo de Dios.”

Hechos 26:2

—Me alegra poder hablar hoy delante de Su Majestad, el rey Agripa. Estoy contento porque podré defenderme de todas las acusaciones que hacen contra mí esos judíos.

Hechos 26:20

Por eso, primero anuncié el mensaje a la gente de Damasco, y luego a la de Jerusalén, y a la de toda la región de Judea. También hablé con los que no eran judíos, y les dije que debían pedirle perdón a Dios y obedecerlo, y hacer lo bueno para demostrar que en verdad se habían arrepentido.