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Hechos 24:23 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

23 Luego, Félix le ordenó al capitán de los soldados que mantuviera preso a Pablo, pero que lo dejara hacer algunas cosas. Además, dio permiso para que Pablo recibiera a sus amigos y lo atendieran.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

23 Y mandó al centurión que se custodiase a Pablo, pero que se le concediese alguna libertad, y que no impidiese a ninguno de los suyos servirle o venir a él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 Le ordenó a un oficial que mantuviera a Pablo bajo custodia pero le diera ciertas libertades y permitiera que sus amigos lo visitaran y se encargaran de sus necesidades.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Dio instrucciones al oficial para que vigilara a Pablo, pero dejándole cierta libertad y sin impedir a los suyos que lo atendieran.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 Acto seguido, ordenó° al centurión que lo custodiara,° pero que tuviera° libertad y a ninguno de los suyos impidiera° atenderlo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 Y ordenó al centurión que Pablo siguiera bajo custodia, pero que disfrutara de cierta libertad y que no se impidiera a ninguno de los suyos prestarle servicios.

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Hechos 24:23
10 Referans Kwoze  

Cuando Dios está contento con nuestro comportamiento, hasta con nuestros enemigos nos hace vivir en paz.


El rey de Babilonia le ordenó a Nebuzaradán que me vigilara muy bien, y le dijo: «No le hagas ningún daño, y dale todo lo que necesite».


Pero un sobrino de Pablo se dio cuenta de lo que planeaban, y fue al cuartel a avisarle.


le dijo a Pablo: «Escucharé lo que tengas que decir cuando vengan los que te acusan.» Después, el gobernador ordenó a unos soldados que se llevaran a Pablo, y que lo vigilaran bien. Los soldados lo llevaron al palacio que había construido el rey Herodes el Grande.


Félix llamaba mucho a Pablo para hablar con él, pero más bien quería ver si Pablo le daría algún dinero para dejarlo en libertad.


Pero Festo les dijo: —No; Pablo seguirá preso en Cesarea, y muy pronto yo iré para allá. Si él ha hecho algo malo y las autoridades de ustedes quieren acusarlo, que vengan conmigo. Allá podrán acusarlo.


Al día siguiente llegamos al puerto de Sidón. El capitán Julio trató bien a Pablo, pues lo dejó visitar a sus amigos en Sidón, y también permitió que ellos lo atendieran.


Al llegar a la ciudad, las autoridades permitieron que Pablo viviera aparte y no en la cárcel. Solo dejaron a un soldado para que lo vigilara.


Nunca tuvo miedo de hablar del reino de Dios, ni de enseñar acerca del Señor Jesús, el Mesías, ni nadie se atrevió a impedírselo.


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