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Hechos 18:9 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

9 Una noche, el Señor Jesús habló con Pablo por medio de una visión, y le dijo: «No tengas miedo de hablar de mí ante la gente; ¡nunca te calles!

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

9 Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Una noche, el Señor le habló a Pablo en una visión y le dijo: «¡No tengas miedo! ¡Habla con libertad! ¡No te quedes callado!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Una noche el Señor le dijo a Pablo en una visión: 'No tengas miedo, sigue hablando y no calles,

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Por la noche, en una visión, dijo el Señor a Pablo: 'No tengas miedo. Sigue hablando y no te calles;

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Hechos 18:9
17 Referans Kwoze  

Dios le dijo a Isaías: «¡Grita bien fuerte, grita sin miedo, alza la voz como una trompeta! ¡Reprende a mi pueblo, el pueblo de Israel, a causa de sus culpas y de todos sus pecados!


»Así que, ¡prepárate! Ve y diles todo lo que yo te mando. No les tengas miedo, pues de lo contrario te haré temblar de miedo cuando te enfrentes a ellos.


Te llamé, y viniste a mí; me dijiste que no tuviera miedo.


«¡Levántate, ve a la gran ciudad de Nínive! Anúnciales el mensaje que voy a darte».


Pero yo, Miqueas, estoy lleno del poder de Dios. Por eso puedo afirmar que nuestro Dios es un Dios justo. También puedo acusar a los israelitas de ser un pueblo pecador y desobediente.


Al caer la noche, Pablo tuvo allí una visión. Vio a un hombre de la región de Macedonia, que le rogaba: «¡Por favor, venga usted a Macedonia y ayúdenos!»


Yo te ayudaré en todo, y nadie te hará daño. En esta ciudad hay mucha gente que me pertenece.»


Vi al Señor, que me decía: “Vete enseguida de Jerusalén, porque la gente de aquí no creerá lo que digas de mí.”


A la noche siguiente, el Señor Jesús se le apareció a Pablo y le dijo: «Anímate, porque así como has hablado de mí en Jerusalén, también lo harás en Roma.»


En Damasco vivía un seguidor de Jesús llamado Ananías. En una visión que tuvo, oyó que el Señor Jesús lo llamaba: —¡Ananías! ¡Ananías! —Señor, aquí estoy —respondió. Y el Señor le dijo:


Yo soy libre. Soy apóstol. He visto al Señor Jesús. Y gracias a mi trabajo, ahora ustedes son de Cristo.


También saben que en la ciudad de Filipos nos insultaron y maltrataron. Pero aunque tuvimos muchas dificultades, Dios nos dio valor para anunciarles la buena noticia.


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