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Gálatas 6:2 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

2 Cuando tengan dificultades, ayúdense unos a otros. Esa es la manera de obedecer la ley de Cristo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Ayúdense a llevar los unos las cargas de los otros, y obedezcan de esa manera la ley de Cristo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Lleven las cargas unos de otros, y así cumplirán la ley de Cristo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Sobrellevad los unos las cargas° de los otros, y cumpliréis° así la ley del Mesías.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Ayudaos los unos a llevar las cargas de los otros, y así cumpliréis la ley de Cristo.

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Gálatas 6:2
25 Referans Kwoze  

y le dijo: «Si ves que los arameos me están ganando, irás a ayudarme. Si, por el contrario, veo que los amonitas te están ganando, yo te ayudaré.


»Si ven que un burro ha caído porque no aguanta el peso de su carga, quítensela, aunque el dueño sea enemigo de ustedes.


¡Pero en realidad no es así! »El ayuno que a mí me agrada es que liberen a los presos encadenados injustamente, es que liberen a los esclavos, es que dejen en libertad a los maltratados y que acaben con toda injusticia;


Así, Dios cumplió su promesa, tal como lo había anunciado el profeta Isaías en su libro: «Él nos sanó de nuestras enfermedades».


Jesús le dijo: —¡Qué mal les va a ir a ustedes también! Porque imponen mandamientos muy difíciles de cumplir, pero no hacen ni el más mínimo esfuerzo por cumplirlos.


»Les doy un mandamiento nuevo: Ámense unos a otros. »Ustedes deben amarse de la misma manera que yo los amo.


Y esto es lo que les mando: que se amen unos a otros, así como yo los amo a ustedes.


Nosotros, los que sí sabemos lo que Dios quiere, no debemos pensar solo en lo que es bueno para nosotros mismos. Más bien, debemos ayudar a los que todavía no tienen esa seguridad.


Ahora, por estar unidos a él, el Espíritu Santo nos controla y nos da vida, y nos ha librado del pecado y de la muerte.


Y cuando estoy con los que no obedecen la ley de Moisés, vivo como uno de ellos, para ayudarlos a creer en Cristo. Esto no significa que yo no obedezca la ley de Dios. Al contrario, la obedezco, pues sigo la ley de Cristo.


Cada uno es responsable ante Dios de su propia conducta.


También les recomendamos, hermanos, que reprendan a los que no quieren hacer nada. Animen a los que son tímidos, apoyen a los que todavía dudan del Señor Jesús, y tengan paciencia con todos.


Por el contrario, si ustedes ponen toda su atención en la palabra de Dios, y la obedecen siempre, serán felices en todo lo que hagan. Porque la palabra de Dios es perfecta y los libera del pecado.


En el día del juicio, Dios nos juzgará de acuerdo con la ley que nos libera del pecado. Por eso, debemos tener mucho cuidado en todo lo que hacemos y decimos.


Si ustedes obedecen el mandamiento más importante que Dios nos ha dado, harán muy bien. Ese mandamiento dice: «Recuerden que cada uno debe amar a su prójimo como se ama a sí mismo.»


Cristo hizo suyos nuestros pecados, y por eso murió en la cruz. Lo hizo para que nosotros dejemos por completo de hacer el mal, y vivamos haciendo el bien. Cristo fue herido para que ustedes fueran sanados.


Más les valdría no haber conocido este santo mandamiento, ni saber de qué manera quiere Dios que vivan, que saber esto y no obedecerlo.


Recuerden el mensaje que los profetas de Dios nos dieron hace mucho tiempo. No olviden el mandamiento que nos dio nuestro Señor y Salvador Jesucristo, y que los apóstoles les enseñaron a ustedes.


Y Jesucristo nos dio este mandamiento: «¡Amen a Dios, y ámense unos a otros!»


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