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Filipenses 2:8 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

8 Como hombre, se humilló a sí mismo y obedeció a Dios hasta la muerte: ¡murió clavado en una cruz!

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y murió en una cruz como morían los criminales.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 se rebajó a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte en una cruz.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 y hallándose en la condición de hombre, se humilló a sí mismo al hacerse obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

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Filipenses 2:8
26 Referans Kwoze  

16 (17) Una banda de malvados, que parece manada de perros, me rodea por todos lados y me desgarra pies y manos,


Quien obedece a Dios gana en sabiduría y disciplina; quien quiera recibir honores debe empezar por ser humilde.


Frente a ellos, Jesús se transformó: Su cara brillaba como el sol, y su ropa se puso tan blanca como la luz del mediodía.


Jesús se alejó un poco de ellos, se arrodilló hasta tocar el suelo con la frente, y oró a Dios: «Padre, ¡cómo deseo que me libres de este sufrimiento! Pero no será lo que yo quiera, sino lo que quieras tú.»


Jesús se fue a orar otra vez, y en su oración decía: —Padre, si tengo que pasar por este sufrimiento, estoy dispuesto a obedecerte.


Mientras Jesús oraba, su cara cambió de aspecto y su ropa se puso blanca y brillante.


Nadie me quita la vida, sino que yo la entrego porque así lo quiero. Tengo poder para entregar mi vida, y tengo poder para volver a recibirla, pues esto es lo que mi Padre me ha ordenado hacer.»


pero yo tengo que obedecer a mi Padre, para que todos sepan que lo amo. Y para terminar, Jesús les dijo: —Levántense; salgamos de aquí.


Si obedecen todo lo que yo les he mandado, los amaré siempre, así como mi Padre me ama, porque yo lo obedezco en todo.


Pero Jesús les dijo: «Mi comida es obedecer a Dios, y completar el trabajo que él me envió a hacer.


O sea, que la desobediencia de uno solo hizo que muchos desobedecieran, pero por la obediencia de Jesús, Dios declaró inocentes a muchos.


Ustedes saben que nuestro Señor Jesucristo era rico, pero tanto los amó a ustedes que vino al mundo y se hizo pobre, para que con su pobreza ustedes llegaran a ser ricos.


Pero Cristo prefirió recibir por nosotros la maldición que cae sobre el que no obedece la ley. De ese modo nos salvó. Porque la Biblia dice: «Dios maldecirá a cualquiera que muera colgado de un madero.»


no deberá dejarse su cadáver en el árbol toda la noche, sino que lo enterrarán ese mismo día. Todo el que muere colgado de un árbol está bajo la maldición de Dios. Si se deja el cadáver colgado del árbol, Dios pondrá bajo maldición a todo el país. Así que no contaminen el país que Dios les va a dar.


Él quiso morir para rescatarnos de todo lo malo y para purificarnos de nuestros pecados. Al hacerlo, nos convirtió en su pueblo, en un pueblo decidido a hacer el bien.


Pongamos toda nuestra atención en Jesús, pues de él viene nuestra confianza, y es él quien hace que confiemos cada vez más y mejor. Jesús soportó la vergüenza de morir clavado en una cruz porque sabía que, después de tanto sufrimiento, sería muy feliz. Y ahora se ha sentado a la derecha del trono de Dios.


pues en su lucha contra el pecado todavía no han tenido que morir como él.


Cristo hizo suyos nuestros pecados, y por eso murió en la cruz. Lo hizo para que nosotros dejemos por completo de hacer el mal, y vivamos haciendo el bien. Cristo fue herido para que ustedes fueran sanados.


Porque Cristo murió una vez y para siempre para perdonarnos nuestros pecados. Él era bueno e inocente, y sufrió por los pecadores, para que ustedes pudieran ser amigos de Dios. Los que mataron a Cristo destruyeron su cuerpo, pero él resucitó para vivir como espíritu.


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