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Filipenses 1:6 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

6 Dios empezó el buen trabajo en ustedes, y estoy seguro de que lo irá perfeccionando hasta el día en que Jesucristo vuelva.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Y estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Y si Dios empezó tan buen trabajo en ustedes, estoy seguro de que lo continuará hasta concluirlo el día de Cristo Jesús.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 estando plenamente convencido de esto mismo, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la seguirá perfeccionando hasta el día de Jesús el Mesías.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 con la firme esperanza de que el que empezó entre vosotros la obra buena, la irá llevando a su término hasta el día de Cristo Jesús.

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Filipenses 1:6
33 Referans Kwoze  

Dios mío, tú cumplirás en mí todo lo que has pensado hacer. Tu amor por mí no cambia, pues tú mismo me hiciste. ¡No me abandones!


Jesús respondió: —Lo único que Dios quiere es que crean en mí, que soy a quien él envió.


Cuando los hermanos judíos oyeron esto, dejaron de discutir y se pusieron a alabar a Dios. Y decían muy admirados: «¡Así que también a los que no son judíos Dios les ha permitido arrepentirse y tener vida eterna!»


Una de las que nos escuchaba se llamaba Lidia, una mujer que honraba a Dios. Era de la ciudad de Tiatira y vendía telas muy finas de color púrpura. El Señor hizo que Lidia pusiera mucha atención a Pablo,


De ese modo no dejarán de confiar en él y, cuando Jesús llegue, nadie los acusará de haber hecho algo malo.


Con esta confianza, lo primero que pensé fue ir a verlos, para así poder visitarlos dos veces.


Yo sabía muy bien que todos ustedes compartirían mi alegría. Pero tampoco era mi intención que ustedes me pusieran triste, cuando más bien deberían alegrarme. Por eso decidí escribirles en vez de ir a visitarlos.


¡Me alegro de poder confiar plenamente en ustedes!


Imagínense la vergüenza que pasaríamos nosotros, para no hablar de la que pasarían ustedes, si algunos hermanos de Macedonia me acompañaran y ustedes no tuvieran preparada la ofrenda. ¡Dónde quedaría nuestra confianza en ustedes!


Puesto que somos cristianos, estoy seguro de que ustedes estarán de acuerdo conmigo. Y no tengo la menor duda de que Dios castigará a quien los está molestando, sea quien sea.


Hizo esto para que todos los que formamos la iglesia, que es su cuerpo, estemos capacitados para servir y dar instrucción a los creyentes.


para que sepan cómo elegir lo mejor. Así, cuando Cristo vuelva, estarán sin pecado y nadie podrá acusarlos de nada.


Dios les ha dado a ustedes el privilegio de confiar en Cristo, y también de sufrir por él.


Queridos hermanos, cuando yo estaba con ustedes, siempre me obedecían. Ahora que estoy lejos, deben obedecerme más que nunca. Por eso, con respeto y devoción a Dios, dedíquense a entender lo que significa ser salvado por Dios.


Porque es Dios quien los motiva a hacer el bien, y quien los ayuda a practicarlo, y lo hace porque así lo quiere.


Nunca dejen de creer en el mensaje que da vida. Así, yo podré estar orgulloso de ustedes el día que Cristo vuelva, y sabré que mi trabajo y mis esfuerzos no fueron inútiles.


Cuando ustedes fueron bautizados, fueron sepultados con Cristo. Y resucitaron con él, porque confiaron en el poder de Dios.


Por eso oramos siempre por ustedes. Le pedimos a nuestro Dios que los haga merecedores de haber sido elegidos para formar parte de su pueblo. También le pedimos que, con su poder, cumpla todo lo bueno que ustedes desean, y complete lo que ustedes han empezado a hacer gracias a su confianza en él.


Gracias al Señor Jesucristo, estamos seguros de que ustedes hacen y seguirán haciendo lo que les hemos ordenado.


Te escribo porque estoy seguro de que harás lo que te pido, y mucho más.


Por eso, no dejen de confiar en Dios, porque solo así recibirán un gran premio.


Pongamos toda nuestra atención en Jesús, pues de él viene nuestra confianza, y es él quien hace que confiemos cada vez más y mejor. Jesús soportó la vergüenza de morir clavado en una cruz porque sabía que, después de tanto sufrimiento, sería muy feliz. Y ahora se ha sentado a la derecha del trono de Dios.


Pero después de que ustedes hayan sufrido por un poco de tiempo, Dios hará que todo vuelva a estar bien y que ustedes nunca dejen de confiar en él; les dará fuerzas para que no se desanimen, y hará que siempre estén seguros de lo que creen. Recuerden que Dios nos ha elegido por medio de Jesucristo, para que formemos parte de su maravilloso reino.


Pero cuando el Señor Jesús regrese, vendrá como cuando un ladrón entra en una casa a robar. En ese día, los cielos desaparecerán en medio de un ruido espantoso, las estrellas serán destruidas por el fuego, y la tierra y todo lo que hay en ella desaparecerán.


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