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Efesios 6:19 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

19 Oren también por mí, y pídanle a Dios que me dé el valor de anunciar el plan que él había mantenido en secreto.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

19 y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Y oren también por mí. Pídanle a Dios que me dé las palabras adecuadas para poder explicar con valor su misterioso plan: que la Buena Noticia es para judíos y gentiles por igual.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Rueguen también por mí, para que, al hablar, se me den palabras y no me falte el coraje para dar a conocer el misterio del Evangelio

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 y por mí, para que me sea dada palabra al abrir mi boca, a fin de dar a conocer abiertamente el misterio del evangelio,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 y también por mí, para que Dios ponga su Palabra en mis labios y me conceda anunciar con valentía el misterio del Evangelio,

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Efesios 6:19
34 Referans Kwoze  

Pero Pablo y Bernabé les contestaron con mucha valentía: «Nuestra primera obligación era darles el mensaje de Dios a ustedes los judíos. Pero como ustedes lo rechazan y no creen merecer la vida eterna, ahora les anunciaremos el mensaje a los que no son judíos.


Pablo y Bernabé se quedaron en Iconio por algún tiempo. Confiaban mucho en Dios y le contaban a la gente toda la verdad acerca del amor de Dios. El Señor les daba poder para hacer milagros y maravillas, para que así la gente creyera todo lo que decían.


Un día Apolo, confiado en sus conocimientos, comenzó a hablarle a la gente que estaba en la sinagoga. Pero cuando Priscila y Áquila lo escucharon, lo llevaron a su casa y le explicaron en forma más clara y directa el mensaje de Dios.


Durante tres meses, Pablo estuvo yendo a la sinagoga todos los sábados. Sin ningún temor hablaba a la gente acerca del reino de Dios, y trataba de convencerla para que creyera en Jesús.


Fue así como el Espíritu Santo los llenó de poder a todos ellos, y enseguida empezaron a hablar en otros idiomas. Cada uno hablaba según lo que el Espíritu Santo le indicaba.


Nunca tuvo miedo de hablar del reino de Dios, ni de enseñar acerca del Señor Jesús, el Mesías, ni nadie se atrevió a impedírselo.


Todos los de la Junta Suprema se sorprendieron de oír a Pedro y a Juan hablar sin ningún temor, a pesar de que eran hombres sencillos y de poca educación. Se dieron cuenta entonces de que ellos habían andado con Jesús.


»Ahora, Dios nuestro, mira cómo nos han amenazado. Ayúdanos a no tener miedo de hablar de ti ante nadie.


Cuando terminaron de orar, tembló el lugar donde estaban reunidos, y todos ellos quedaron llenos del Espíritu Santo. A partir de ese momento, todos hablaban sin temor acerca de Jesús.


Bernabé sí lo ayudó, y lo llevó ante los apóstoles. Allí Bernabé les contó cómo Saulo se había encontrado con el Señor Jesús en el camino a Damasco, y cómo le había hablado. También les contó que allí, en Damasco, Saulo había anunciado sin miedo la buena noticia acerca de Jesús.


También trataba de convencer a los judíos de habla griega, pero ellos empezaron a hacer planes para matarlo.


Yo les ruego, hermanos míos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor que nos da el Espíritu Santo, que oren mucho a Dios por mí.


Dios puede hacer que ustedes se mantengan firmes en la vida que Jesucristo nos ha dado. ¡Alabémoslo! Así lo dije cuando les anuncié la buena noticia y les hablé de Jesucristo. Esto va de acuerdo con el plan que Dios nos dio a conocer, y que mantuvo en secreto desde antes de crear el mundo.


y además los ayudó a que comprendieran su mensaje y lo comunicaran mejor.


Nosotros enseñamos el mensaje con palabras inteligentes, que vienen de Dios. Ese mensaje habla de los planes que Dios tenía en secreto desde antes de crear el mundo, y que él quiso manifestarnos para que podamos compartir su gloria.


Ustedes deben considerarnos como simples servidores de Cristo, encargados de dar a conocer los planes que Dios tenía en secreto.


Por favor, ayúdennos orando por nosotros. Si muchos oran, muchos también serán los que den gracias a Dios por su ayuda, y por todo lo bueno que él nos da.


Tan seguros estamos de todo esto, que no nos da miedo hablar.


Queridos hermanos de la iglesia de Corinto, les hemos hablado con toda sinceridad, y con el corazón abierto.


Me siento orgulloso de ustedes, y les tengo mucha confianza. Estoy muy contento, a pesar de todas las dificultades que hemos tenido.


Todos saben que ustedes son buenos en todo: su confianza en Dios es firme, hablan mejor, saben más, tienen mucho entusiasmo para servir a los demás, y nos aman mucho. Ahora les toca ser los mejores, contribuyendo para esta bondadosa ayuda.


Dios nos mostró el plan que había mantenido en secreto, y que había decidido realizar por medio de Cristo.


También me encargó dar a conocer a todos el cumplimiento de su plan. Dios, creador del universo, mantuvo ese plan en secreto durante siglos.


Y lucho para animarlos a todos, y para que se mantengan unidos en el amor de Cristo, y así lleguen a tener la plena seguridad de comprender todo el plan que Dios y Cristo habían mantenido en secreto.


Oren también por nosotros, y pídanle a Dios que podamos anunciar libremente el mensaje y explicar el plan secreto de Cristo. Precisamente por anunciarlo estoy ahora preso.


También saben que en la ciudad de Filipos nos insultaron y maltrataron. Pero aunque tuvimos muchas dificultades, Dios nos dio valor para anunciarles la buena noticia.


Hermanos, oren también por nosotros.


Por último, hermanos, les pedimos que oren por nosotros, para que hagamos llegar a todas partes el mensaje del Señor Jesús, y para que la gente lo reciba con aprecio, así como lo hicieron ustedes.


No hay duda de que es muy profunda la verdad de la religión cristiana: Cristo vino al mundo como ser humano. El Espíritu lo declaró inocente. Los ángeles lo vieron. Su mensaje se anunció entre las naciones, y el mundo creyó en él. Fue llevado al cielo y Dios lo colmó de honores.


Y aprovecho la ocasión para pedirte que me prepares un lugar donde quedarme, porque espero que, por las oraciones de ustedes, Dios me deje salir de la cárcel para ir a visitarlos.


Oren por nosotros. Estamos seguros de que Dios no tiene nada contra nosotros, pues tratamos de portarnos bien en todo.


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