2 Samuel 7:6 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual
6-7 Dime cuándo les pedí a los jefes de Israel que me hicieran una casa de maderas finas. ¡Si desde que los saqué a ustedes de Egipto, siempre he vivido en una carpa!
6 Ciertamente no he habitado en casas desde el día en que saqué a los hijos de Israel de Egipto hasta hoy, sino que he andado en tienda y en tabernáculo.
6 Desde el día en que saqué a los israelitas de Egipto hasta hoy, nunca he vivido en una casa. Siempre fui de un lugar a otro con una carpa y un tabernáculo como mi morada.
6 Desde el día en que saqué a los israelitas de Egipto hasta el día de hoy, no he tenido casa donde morar, sino que estaba con ellos y tenía como morada sólo una tienda.
6 Porque no he habitado en casa alguna desde el día en que hice subir a los hijos de Israel de Egipto hasta hoy, sino que estuve en tienda y en tabernáculo.
6 Nunca he habitado en ninguna casa desde el día en que hice subir de Egipto a los israelitas hasta hoy, sino que he andado trashumante en tiendas y pabellones.
Y Urías le contestó: —Mal haría yo en ir a mi casa a comer, beber y tener relaciones sexuales con mi esposa, mientras el cofre del pacto de Dios y todo el ejército están en el campo de batalla. ¡Mal haría yo en dormir cómodamente en mi casa, mientras Joab y sus soldados duermen al aire libre! ¡Yo no puedo hacer algo así!
“Desde que saqué de Egipto a mi pueblo Israel, no he elegido ninguna ciudad de las tribus de Israel para que se construya en ella mi casa. A ti, David, te elegí para que gobiernes a mi pueblo Israel”.
Nosotros somos el templo del Dios vivo. Si Dios está en nosotros, no tenemos nada que ver con los ídolos. Dios mismo dijo: «Viviré con este pueblo, y caminaré con ellos. »Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.»
»Escribe al ángel de la iglesia de Éfeso: “Yo sostengo las siete estrellas en mi mano derecha, y camino entre los siete candelabros de oro. Pon atención a lo que te voy a decir:
En aquel tiempo, el cofre del pacto de Dios estaba en Betel, y el sacerdote era Finees, hijo de Eleazar y nieto de Aarón. Los israelitas consultaron a Dios para saber si debían volver a atacar a sus hermanos de la tribu de Benjamín, o si debían darse por vencidos. Dios les contestó: «Ataquen, que mañana les daré la victoria».