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1 Reyes 17:16 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

16 Ni la harina de la jarra ni el aceite de la botella se acabaron. Así se cumplió lo que Dios había dicho por medio de Elías.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

16 Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Siempre había suficiente harina y aceite de oliva en los recipientes, tal como el Señor lo había prometido por medio de Elías.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 La harina del tiesto no se acabó y el aceite del cántaro no se terminó, según la palabra que Yavé había dicho por boca de Elías.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 La harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que YHVH había hablado por medio de Elías.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 sin que se acabara la harina en la orza, ni se agotara el aceite en la alcuza, conforme al oráculo que Yahveh había pronunciado por medio de Elías.

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1 Reyes 17:16
13 Referans Kwoze  

Además, el altar se hizo pedazos y las cenizas que había sobre él se esparcieron. Así se cumplió lo que el profeta había dicho de parte de Dios.


De esta manera se cumplió lo que Dios había dicho en contra de Baasá por medio del profeta Jehú.


La mujer fue e hizo lo que Elías le dijo, y tanto ella como su hijo y Elías tuvieron comida durante muchos días.


Un poco después, el hijo de la viuda se enfermó. Su enfermedad era tan grave que dejó de respirar.


Lavaron el carro en un pozo que había en Samaria, en el que se bañaban las prostitutas. Y los perros lamieron la sangre del rey Ahab. Así se cumplió lo que Dios había dicho.


El rey Ocozías murió como se lo había anunciado Dios por medio de Elías. Y como Ocozías nunca tuvo hijos, en su lugar reinó su hermano Joram. Esto sucedió durante el segundo año del reinado de Joram hijo de Josafat en Judá.


Naamán fue y se metió siete veces en el río Jordán como le había dicho el profeta. Enseguida su piel quedó sana y suave como la de un niño.


Jesús los miró y les dijo: —Para la gente, lograr eso es imposible; pero para Dios todo es posible.


Mientras Jesús comía, llegó una mujer con un frasco de perfume muy caro. La mujer se acercó a Jesús y derramó el perfume sobre su cabeza.


Eso demuestra que para Dios todo es posible.


¡Dios te ha bendecido porque confiaste en sus promesas!


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