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Tito 3:5 - Biblia Torres Amat 1825

5 que él derramó sobre nosotros copiosamente, por Jesucristo, salvador nuestro,

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Biblia Reina Valera 1960

5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 él nos salvó, no por las acciones justas que nosotros habíamos hecho, sino por su misericordia. Nos lavó, quitando nuestros pecados, y nos dio un nuevo nacimiento y vida nueva por medio del Espíritu Santo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 no se fijó en lo bueno que hubiéramos hecho, sino que tuvo misericordia de nosotros y nos salvó. En el bautismo volvimos a nacer y fuimos renovados por el Espíritu Santo

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino según su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y de la renovación del Espíritu Santo,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 no nos salvó por las obras de justicia que hubiéramos realizado nosotros, sino, según su misericordia, por el baño regenerador y renovador del Espíritu Santo,

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Tito 3:5
46 Referans Kwoze  

¿Qué es el miserable hombre para que pueda ser inmaculado; y cómo, siendo nacido de mujer, ha de aparecer justo?


¿Cómo se puede justificar el hombre comparado con Dios, o aparecer limpio el nacido de mujer?


Si yo quisiere justificarme, me condenará mi propia boca; si yo me quisiere manifestar inocente, él me convencerá de reo.


Porque en el Señor está la misericordia, y en su mano tiene una redención abundantísima.


Mas no quieres entrar en juicio con tu siervo; porque ningún viviente puede aparecer justo en tu presencia.


Crea en mí, ¡oh Dios!, un corazón puro, y renueva en mis entrañas el espíritu de rectitud.


y que tú, Señor, eres misericordioso; porque a cada uno remunerarás conforme a sus obras.


Pero tú, Señor Dios, compasivo y benéfico, paciente y misericordiosísimo y veraz,


Siendo tú, Señor, como eres, suave, y benigno, y de gran clemencia para con todos los que te invocan,


Pero yo haré conocer cuál es tu justicia, y de nada te aprovecharán tus ídolos obras de tus manos.


Y derramaré sobre vosotros agua pura, y quedaréis purificados de todas las inmundicias, y os limpiaré de todas vuestras idolatrías.


¿Quién es, oh Dios, semejante a ti que perdonas la maldad y olvidas el pecado de las reliquias de Israel herencia tuya? No dará ya el Señor libre curso a su indignación, porque él es amante de la misericordia.


Yo a la verdad os bautizo con agua para moveros a la penitencia; pero el que ha de venir después de mí es más poderoso que yo, y no soy yo digno siquiera de llevarle las sandalias; él es quien ha de bautizaros en el Espíritu Santo y en el fuego.


y cuya misericordia se derrama de generación en generación sobre los que le temen.


Acordándose de su misericordia, acogió a Israel su siervo,


ejerciendo su misericordia con nuestros padres, y teniendo presente su alianza santa,


por las entrañas misericordiosas de nuestro Dios, que ha hecho que ese naciente haya venido a visitarnos de lo alto del cielo,


para ver también si de algún modo puedo provocar a una santa emulación a los de mi linaje, y logro la salvación de alguno de ellos.


Y si por gracia, claro está que no por obras; de otra suerte la gracia no fuera gracia.


Y no queráis conformaros con este siglo, antes bien transformaos con la renovación de vuestro espíritu; a fin de acertar qué es lo bueno, y lo más agradable, y lo perfecto que Dios quiere de vosotros.


supuesto que delante de él ningún hombre será justificado por solas las obras de la ley. Porque por la ley se nos ha dado el conocimiento del pecado.


Así que, concluimos ser justificado el hombre por la fe viva sin las obras de la ley.


Al contrario, cuando a alguno, sin hacer las obras exteriores, o de la ley, con creer en aquel que justifica al impío, se le imputa su fe por justicia, es éste un don gratuito según el beneplácito de la gracia de Dios.


Pues antes que los niños naciesen, ni hubiesen hecho bien, ni mal alguno (a fin de que se cumpliese el designio de Dios en la elección),


Así que no es obra del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que usa de misericordia.


Esto supuesto, ¿qué diremos sino que los gentiles, que no seguían la justicia, han abrazado la justicia, aquella justicia que viene de la fe;


Tales habéis sido algunos de vosotros en otro tiempo; pero fuisteis lavados, fuisteis santificados, fuisteis justificados, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, y por el Espíritu de nuestro Dios.


Sin embargo, sabiendo que no se justifica el hombre por las obras solas de la ley, sino por la fe de Jesucristo, por eso creemos en Cristo Jesús , a fin de ser justificados por la fe de Cristo , y no por las obras de la ley, por cuanto ningún mortal será justificado por las obras de la ley.


pero Dios, que es rico en misericordia, movido del excesivo amor con que nos amó,


Renovaos, pues, ahora en el espíritu de vuestra mente o interior de vuestra alma.


para santificarla, limpiándola en el bautismo de agua con la palabra de vida,


Porque no por tus virtudes, ni por la rectitud de corazón entrarás a poseer sus tierras; sino porque aquéllas obraron impíamente, por eso al entrar tú han sido destruidas; y a fin de cumplir Dios su palabra, que confirmó con juramento a tus padres Abrahán, Isaac y Jacob .


y vestíos del nuevo, de aquel que por el conocimiento de la fe se renueva según la imagen del Señor que le creó,


y que se ha manifestado ahora por el advenimiento de nuestro salvador , Jesucristo; el cual ha destruido la muerte, y al mismo tiempo ha sacado a luz la vida y la inmortalidad por medio de la buena nueva,


nos ha salvado, no a causa de las obras de justicia que hubiésemos hecho, sino por su misericordia, haciéndonos renacer por el bautismo , y renovándonos por el Espíritu Santo,


mantengamos firme la esperanza que hemos confesado (que fiel es quien hizo la promesa),


Porque todo sumo sacerdote entresacado de los hombres, es puesto para beneficio de los hombres, en lo que mira al culto de Dios, a fin de que ofrezca dones y sacrificios por los pecados,


Porque la tierra que embebe la lluvia que cae a menudo sobre ella, y produce hierba que es provechosa a los que la cultivan, recibe la bendición de Dios,


para alcanzar algún día una herencia incorruptible, y que no puede contaminarse, y que es inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,


Por esto, queridos míos, os suplico que como extranjeros y peregrinos, que sois en este mundo, os abstengáis de los deseos carnales, que combaten contra el alma,


el cual, después de haber devorado la muerte, a fin de hacernos herederos de la vida eterna, está a la diestra de Dios, habiendo subido al cielo, y estándole sumisos los ángeles, y las potestades y las virtudes.


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