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Sofonías 3:15 - Biblia Torres Amat 1825

15 El Señor ha borrado tu condenación, ha ahuyentado a tus enemigos. El Señor, rey de Israel, está en medio de ti, no tienes que temer jamás mal alguno.

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Biblia Reina Valera 1960

15 Jehová ha apartado tus juicios, ha echado fuera tus enemigos; Jehová es Rey de Israel en medio de ti; nunca más verás el mal.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Pues el Señor quitará su mano de juicio y dispersará a los ejércitos de tus enemigos. ¡El Señor mismo, el Rey de Israel, vivirá en medio de ti! Por fin, se habrán terminado tus aflicciones y nunca jamás temerás el desastre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Pues Yavé ha cambiado su suerte, ha alejado de ti a tus enemigos. No tendrás que temer desgracia alguna, pues en medio de ti está Yavé, rey de Israel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 YHVH ha apartado tus juicios,° Ha echado fuera tu enemigo. YHVH, el Rey de Israel está en medio de ti. ¡Nunca más temerás el mal!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Yahveh ha retirado la sentencia contra ti, ha expulsado a tus enemigos. Yahveh, rey de Israel, está contigo, ya no tienes que temer mal alguno.

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Sofonías 3:15
48 Referans Kwoze  

La cual concibió, y parió un hijo, y dijo: Quitó Dios mi aprobio.


Que se alegre Israel en el Señor que le creó, y se regocijen en su rey los hijos de Sión.


El puro y santo temor del Señor permanece por todos los siglos; los juicios del Señor son verdad; en sí mismos están justificados.


Has aplacado ya toda tu ira; has calmado el furor de tu indignación.


Duro anuncio contra Babilonia, revelado a Isaías, hijo de Amós.


Y dirá el pueblo de Dios en aquel día: Verdaderamente que éste es nuestro Dios; en él hemos esperado, y él nos salvará; éste es el Señor nuestro, nos hemos mantenido en la esperanza y ahora nos regocijaremos; y en la salud que viene de él nos holgaremos.


Se aflojaron, ¡oh nave orgullosa! tus cables, y ya no servirán; quedará tan mal parado tu mástil, que no podrás desplegar una bandera. Entonces se repartirán los despojos, y el gran botín que habías hecho; hasta los cojos se llevarán parte de él.


Y sucedió que el año decimocuarto del reinado de Ezequías , Sennaquerib, rey de los asirios, puso sitio a todas las ciudades fortificadas de Judea, y se apoderó de ellas.


Estas cosas dice tu dominador, el Señor Dios tuyo que peleará por su pueblo: Mira, yo voy a quitar de tu mano ese cáliz soporífero; las heces del cáliz de mi indignación no las beberás ya otra vez.


Regocijaos y a una cantad alabanzas al Señor, oh desiertos de Jerusalén , pues ha consolado el Señor a su pueblo, ha rescatado a Jerusalén .


Y tendrás por cimientos la justicia; estarás segura de la opresión, y no tendrás que temerla; y del espanto, el cual no tendrá lugar en ti.


No se oirá ya hablar más de iniquidad en tu tierra, ni de estragos ni de plagas dentro de tus confines; antes bien reinará la salud o felicidad dentro de tus muros, y resonarán en tus puertas cánticos de alabanza.


Y colocaré yo mis delicias en Jerusalén , y hallaré mi gozo en mi pueblo; nunca jamás se oirá en él la voz de llanto, ni de lamento.


Oigo la voz de Jerusalén , de la hija de mi pueblo, que clama desde tierras remotas: ¿Pues qué no está ya el Señor en Sión? ¿O no está dentro de ella su rey? Mas, ¿y por qué, sus moradores, responde el Señor, me provocaron a ira con sus simulacros y con sus vanas deidades extranjeras?


Por cuanto tú dijiste: Dos naciones y dos tierras serán mías, y no las poseeré como herencia; siendo así que el Señor estaba allí;


Pues yo haré que no oigas más los insultos de las naciones, ni tengas que sufrir ya los oprobios de los pueblos, ni pierdas jamás tus habitantes, dice el Señor Dios.


Ya no les ocultaré más mi rostro, porque he derramado el espíritu mío sobre toda la casa de Israel, dice el Señor Dios.


Su recinto será de dieciocho mil medidas. Y el nombre de la ciudad, desde aquel día será: Habitación o ciudad del Señor.


Y conoceréis que yo soy el Señor Dios vuestro, que habito en mi monte santo de Sión; y Jerusalén será entonces santa, y no pondrán más el pie dentro de ella los extraños o profanos.


Y yo los estableceré en su país, y nunca jamás volveré a arrancarlos de la tierra que yo les di, dice el Señor Dios tuyo.


Y esto lo presenciará la enemiga mía, y quedará cubierta de confusión la que me dice: ¿En dónde está ahora el Señor Dios tuyo? Yo fijaré mis ojos sobre ella, hollada será ella ahora como el lodo de las calles.


Puesto que las maldades cometidas por ti sobre el Líbano recaerán contra ti; y el destrozo hecho por estas fieras los aterrará, para que no derramen la sangre de los hombres, y no cometan maldades contra la tierra, y contra la ciudad, y todos sus habitantes.


Por cuanto tú has despojado a muchas gentes o naciones, te despojarán a ti todos los que hayan quedado de ellas, en castigo de la sangre humana que has derramado, y de las injusticias cometidas contra la tierra, contra la ciudad y contra todos sus habitantes.


Está en medio de ti el Señor, el Dios tuyo, el fuerte; él te salvará; en ti hallará él su gozo y su alegría, será constante en amarte, se regocijará, y celebrará tus alabanzas.


El Señor, que es justo, y que está en medio de ella, no hará injusticia; sino que luego ejecutará su juicio, y no quedará éste escondido; pero el malvado no sabe lo que es vergüenza.


Y yo haré en aquel día que sea Jerusalén como una piedra muy pesada para todos los pueblos; todos cuantos probaren alzarla quedarán lisiados, contra ella se coligarán todas las naciones de la tierra.


Y será habitada, y no será más entregada al anatema: sino que reposará Jerusalén tranquilamente.


¡Oh hija de Sión!, regocíjate en gran manera; salta de júbilo, ¡oh hija de Jerusalén !; he aquí que a ti vendrá tu rey, el Justo, el Salvador , él vendrá pobre, y montado en un asna y su burrito.


Al oír esto Natanael, le dijo: ¡Oh Maestro!, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel.


No tienes que temer, hija de Sión: Mira a tu rey que viene sentado sobre un burro.


Escribió asimismo Pilatos un letrero, y lo puso sobre la cruz. En él estaba escrito: JESUS NAZARENO, REY DE LOS JUDIOS.


No puedo yo de mí mismo hacer cosa alguna. Yo sentencio según oigo de mi Padre, y mi sentencia es justa; porque no pretendo hacer mi voluntad, sino la de aquel que me ha enviado.


Y ellos le vencieron por los méritos de la sangre del Cordero, y en virtud de la palabra de la fe que han confesado, y por la cual desamaron sus vidas hasta perderlas por obedecer a Dios.


¡Oh cielo!, regocíjate sobre ella; como también vosotros, ¡oh santos apóstoles y profetas!, pues Dios condenándola ha tomado venganza por vosotros, os ha hecho justicia.


Y tiene escrito en su vestidura y en el muslo: Rey de los reyes y Señor de los señores.


ya no tendrán hambre, ni sed, ni descargará sobre ellos el sol, ni el bochorno;


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