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Sofonías 1:3 - Biblia Torres Amat 1825

3 Exterminaré de ella hombres y bestias; exterminaré las aves del cielo y los peces del mar; y perecerán los impíos; y exterminaré de la tierra a los hombres, dice el Señor.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 Destruiré los hombres y las bestias; destruiré las aves del cielo y los peces del mar, y cortaré a los impíos; y raeré a los hombres de sobre la faz de la tierra, dice Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Arrasaré con personas y animales por igual; arrasaré con las aves de los cielos y con los peces del mar. Reduciré a los malvados a un montón de escombros y borraré a la humanidad de la faz de la tierra —dice el Señor—.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Acabaré con los hombres y los animales, con las aves del cielo y los peces del mar; arrancaré al hombre de la superficie de la tierra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Destruiré los hombres y las bestias, destruiré las aves de los cielos y los peces del mar, Los motivos de tropiezo° y los que hacen tropezar,° Y haré que el hombre sea cortado de la faz de la tierra, dice YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Aniquilaré a hombres y animales, aniquilaré las aves del cielo y los peces del mar, haré que tropiecen los impíos. Voy a exterminar a los hombres de la superficie de la tierra -oráculo de Yahveh.

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Sofonías 1:3
22 Referans Kwoze  

yo raeré, dijo, de sobre la faz de la tierra al hombre, a quien creé, desde el hombre hasta los animales, desde el reptil hasta las aves del cielo; pues siento ya el haberlos hecho.


Porque la ciudad fuerte será desolada; Jerusalén , la hermosa ciudad, será desamparada, y quedará como un desierto; en ella pacerá el becerro, y allí tendrá su majada, y comerá las puntas de los tallos de esta viña abandonada.


Y el Señor arrojará a los hombres lejos de su país, y se multiplicarán los que quedaron sobre la tierra.


Y todavía serán éstos diezmados, y se convertirán otra vez al Señor, y denotarán su pasada grandeza como un terebinto, y como una vieja encina que extendía muy lejos sus ramas; y la simiente que de ellos quedará, será una semilla santa.


¿Hasta cuándo ha de llorar la tierra y secarse la hierba en toda la región por la malicia de sus habitantes? Han perecido para ellos las bestias y las aves, porque dijeron: No verá el Señor nuestro fin.


Porque vendrá contra ella del norte una nación, la cual asolará su país, sin que quede quien lo habite, desde el hombre hasta la bestia, todos se pusieron en movimiento y se marcharon.


Por tanto esto dice el Señor Dios: Ya mi furor y mi indignación está para descargar contra ese lugar que han profanado, contra los hombres y las bestias, contra los árboles de la campiña, y contra los frutos de la tierra, y todo arderá y no se apagará.


La tomará el Señor; y yo me pondré a llorar y a lamentar al ver los montes y gemiré al ver hechas un páramo las amenas campiñas; porque todo ha sido abrasado; de manera que no transita por allí nadie, ni se oye ya la voz de sus dueños; desde las aves del cielo hasta las bestias todo se ha ido de allí, y se ha retirado.


pues le sirvieron delante de sus ídolos, y fueron ellos piedra de escándalo a la familia de Israel, para que cayera en la maldad. Por eso yo alcé mi mano contra ellos, dice el Señor Dios, y juré que llevarán la paga de su maldad.


Arrojada será por la calle la plata de ellos, y entre la basura su oro. Pues ni su plata ni su oro podrán salvarlos en aquel día del furor del Señor, ni saciar su alma, ni llenar sus vientres, pues les ha servido de tropiezo en su maldad.


No confiaremos ya en que el asirio nos salve, no montaremos confiados en los caballos de los egipcios, no llamaremos en adelante dioses nuestros a las obras de nuestras manos: porque tú, ¡oh Señor!, te apiadarás de este pueblo como de un huérfano que se pone en tus manos.


Efraín dirá entonces: ¿Qué tengo yo ya que ver con los ídolos? Y yo le escucharé benignamente, yo lo haré crecer como un alto y verde abeto; de mí tendrán origen tus frutos, ¡oh Israel!


por cuya causa se cubrirá de luto o desolación la tierra, y desfallecerán todos sus moradores; y aun las bestias del campo, y las aves del cielo, y hasta los peces del mar perecerán.


Y en aquel día, dice el Señor de los ejércitos, yo exterminaré de la tierra hasta los nombres de los ídolos, y no quedará más memoria de ellos, y extirparé de ellas los falsos profetas, y el espíritu inmundo.


Enviará el Hijo del hombre a sus ángeles, y quitarán de su reino a todos los escandalosos y a cuantos obran la maldad;


Y así os digo: En breve ya no me veréis más hasta cuando reconociéndome por Mesías, digáis: Bendito sea el que viene en nombre del Señor.


pues así tienes tú también a los que siguen la doctrina de los nicolaítas.


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