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Salmos 146:3 - Biblia Torres Amat 1825

3 en hijos de hombres, los cuales no tienen en su mano la salud.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 No confiéis en los príncipes, Ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 No pongan su confianza en los poderosos; no está allí la ayuda para ustedes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 No pongas tu confianza en los que mandan, ni en el mortal, que no puede salvarte;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 No confiéis en príncipes, Ni en hijo de hombre, en quien no hay salvación.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 No confiéis en los príncipes ni en los humanos que no tienen el socorro.

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Salmos 146:3
11 Referans Kwoze  

El cual respondió: No te salva el Señor; ¿cómo puedo yo salvarte? ¿Tengo acaso trigo en las trojes, ni vino en las bodegas?, añadió el rey. Ella respondió:


En aquel tiempo se presentó el profeta Hanani a Asá, rey de Judá, y le dijo: Por cuanto has puesto la confianza en el rey de Siria, y no en el Señor tu Dios, por eso el ejército del rey de Siria se ha escapado de tus manos.


Danos tu socorro en la tribulación; porque la salvación en vano se espera del hombre.


Danos tu socorro en la tribulación, porque vana es la salvación que viene del hombre.


Al contrario, vanos y falaces son los hijos de los hombres; mentirosos son los hijos de los hombres puestos en balanza; todos ellos juntos son más livianos que la misma vanidad.


Porque he aquí que el soberano Señor de los ejércitos privará a Jerusalén y a Judá de todos los varones robustos y fuertes, de todo sustento de pan y de todo sustento de agua;


Duro anuncio contra Tiro. Prorrumpid en aullidos naves del mar; porque desolada ha sido la casa, o ciudad, de donde acostumbraban hacerse a la vela. De la tierra de Cetim les ha venido el aviso.


Porque he aquí lo que me ha dicho el Señor: De la manera que ruge el león o un leoncillo sobre su presa, y por más que vaya contra él una cuadrilla de pastores, no se acobarda con sus gritos, ni se aterrará por muchos que sean los que lo acometan, así descenderá el Señor de los ejércitos para combatir sobre el monte Sión y sobre sus collados.


Mira, yo voy a darle un soplo que le perturbe, y recibirá cierta noticia, y se volverá a su tierra, y en su tierra haré que perezca al filo de la espada.


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