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Salmos 13:2 - Biblia Torres Amat 1825

2 ¿Cuánto tiempo andaré yo cavilando conmigo mismo, penando mi corazón todo el día?

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 ¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma, Con tristezas en mi corazón cada día? ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 ¿Hasta cuándo tendré que luchar con angustia en mi alma, con tristeza en mi corazón día tras día? ¿Hasta cuándo mi enemigo seguirá dominándome?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 ¿Hasta cuándo sentiré angustia en mi alma y tristeza en mi corazón, día tras día? ¿Hasta cuándo mi enemigo triunfará a costa mía?

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 ¿Hasta cuándo he de estar cavilando, Con tristeza en mi corazón cada día? ¿Hasta cuándo prevalecerá mi enemigo?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 ¿Hasta cuándo, Señor? ¿Me olvidarás por siempre? ¿Hasta cuándo esconderás de mí tu rostro?

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Salmos 13:2
44 Referans Kwoze  

Y me dijo el rey: ¿Por qué está melancólico tu semblante, no estando como no estás enfermo? No es esto sin motivo; tú maquinas alguna cosa mala en tu corazón. Se apoderó entonces de mí un temor gran-de,


Dijo entonces Ester: Nuestro perseguidor y enemigo es ese perversísimo Amán. Al oír esto Amán, se quedó yerto de repente, no pudiendo sufrir las terribles miradas del rey y la reina.


Que si yo fuere un impío, ¡ay desdichado de mí!; y si justo, no levantaré cabeza, estando como estoy agobiado de aflicciones y de miserias.


para hacer justicia al huérfano y al oprimido; a fin de que cese ya el hombre de gloriarse de su poder sobre la tierra.


Me cercaron mortales angustias, me embistieron los horrores del infierno, o sepulcro. Me hallé en medio de la tribulación y el dolor;


contra los impíos que me persiguen. Han cercado mis enemigos mi alma.


Enmudezcan los labios fraudulentos, que hablan inicuamente contra el justo con soberbia y menosprecio.


Verdad es que yo estoy resignado al castigo; y siempre tengo presente mi dolor.


Estos eran los recuerdos que venían a mi memoria; y ensanché dentro de mí mi espíritu; porque yo he de llegar, dije, al sitio del admirable tabernáculo, hasta la casa de mi Dios; entre voces de júbilo, y de acción de gracias, y de algazara de convite.


Vuélvete a mí, Señor, y libra mi alma; sálvame por tu misericordia.


No sea que alguno, como león, arrebate tal vez mi alma, sin que haya nadie que me libre y ponga a salvo.


¡Oh Dios! ¿y hasta cuándo nos ha de insultar el enemigo? ¿Ha de blasfemar siempre de tu Nombre nuestro adversario?


Acuérdate de esto, ¡oh Señor!, que el enemigo te ha zaherido, y que un pueblo insensato ha blasfemado tu Nombre.


De la boca de los niños y de los que están aún pendientes del pecho de sus madres, hiciste tú salir perfecta alabanza, por razón de tus enemigos, para destruir al enemigo y al vengativo.


Quedan embotadas para siempre las espadas del enemigo, y has asolado sus ciudades. Se desvaneció como el sonido su memoria.


El corazón contento hace rebosar la alegría en el semblante; con la tristeza del ánimo se abate el espíritu.


Todos los días de su vida ha comido a oscuras, y en medio de muchos cuidados con mezquindad y melancolía.


¿Por qué se ha hecho continuo mi dolor, y no admite remedio mi llaga desahuciada? Ella se ha hecho para mí como unas aguas engañosas, en cuyo vado no hay que fiarse.


Tú has exclamado: ¡Ay infeliz de mí!, porque el Señor ha añadido dolor a mi dolor: cansado estoy de gemir, y no he hallado reposo alguno.


Mi dolor es sobre todo dolor: Lleno de angustia está mi corazón.


Sus enemigos se han enseñoreado de ella; los que la odiaban se han enriquecido con sus despojos, porque el Señor falló contra ella a causa de grandes de sus maldades; sus pequeños han sido llevados al cautiverio, arreándolos el opresor.


Hasta sus pies llegan sus inmundicias; ella no se acordó de su fin; está profundamente abatida sin que haya quién la consuele. Mira, Señor, mira mi aflicción; porque el enemigo se ha engreído.


¿Por qué para siempre te has de olvidar tú de nosotros? ¿Nos has de tener abandonados por largos años?


y les dijo entonces: Mi alma siente angustias mortales; aguardad aquí y velad conmigo.


Aunque cada día estaba con vosotros en el templo, nunca me habéis echado la mano; mas ésta es la hora vuestra y el poder de las tinieblas.


Porque os he dicho estas cosas, vuestro corazón se ha llenado de tristeza.


al asegurarnos que estoy poseído de una profunda tristeza y de continuo dolor en mi corazón,


Y cierto que ha estado enfermo a punto de morir; pero Dios tuvo misericordia de él, y no sólo de él sino también de mí, para que yo no padeciese tristeza sobre tristeza.


Comenzó, pues, Saúl a recelar más y más de David, de manera que su aversión hacia él fue en aumento.


Porque, ¿quién es el que hallando a su enemigo desprevenido, le deja ir sin hacerle daño? El Señor te dé la recompensa por lo que hoy has hecho conmigo.


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