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Salmos 10:3 - Biblia Torres Amat 1825

3 Por cuanto el pecador se jacta en los perversos deseos de su alma; y el inicuo se ve celebrado.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 Porque el malo se jacta del deseo de su alma, Bendice al codicioso, y desprecia a Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Pues hacen alarde de sus malos deseos; elogian al codicioso y maldicen al Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 El malvado se jacta de la avidez de su alma, el aprovechador maldice y desprecia al Señor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Porque el malo se jacta de lo que su alma ansía, Y el avaro maldice, y aborrece a YHVH.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Mem. El malvado se jacta en sus caprichos, profiere maldición y desprecia al Señor.

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Salmos 10:3
40 Referans Kwoze  

Reemplaza el número de los soldados que han muerto, y la caballería, y los carros de guerra como tuviste antes, y pelearemos contra ellos en campo llano, y verás cómo los venceremos. Abrazó Benadad su dictamen, y lo hizo así.


Si yo creí que consistiese en el oro mi poder, y si dije al oro más acendrado: En ti pongo mi confianza;


Y abrían contra mí tanta boca, diciendo: ¡Ea, ea!, nuestros ojos lo han visto.


Porque mientras él viva, será alabado; y él te bendecirá cuando le hicieres bien.


¡Ay de aquellos que confían en su poder, y se glorian en sus riquezas!


Tú aborreces a todos los que obran la iniquidad; tú perderás a todos aquellos que hablan mentira. Al hombre sanguinario y fraudulento, el Señor lo abominará.


Cuando Doeg, idumeo, fue a dar aviso a Saúl, diciéndole que David había estado en casa de Aquimelec. ¿Por qué haces alarde de tu malignidad, tú que sólo empleas el valimiento para obrar la iniquidad?


¿Charlarán, hablarán inicuamente, se jactarán siempre todos los que obran iniquidad?


Iré tras ellos, había dicho el enemigo, y los alcanzaré; partiré los despojos, y se hartará mi alma; desenvainaré mi espada, y los matará mi mano.


Los que abandonan la ley de Dios, alaban al impío; pero los que la guardan se enardecen contra él.


He visto así mismo en los caducos y frágiles días de mi vida que perece el justo en medio de su justicia, y el impío vive largo tiempo en medio de su malicia.


Por medio de tus siervos has ultrajado al Señor y has dicho: Yo con todos mis carros de guerra he subido a las alturas de los montes, sobre las cordilleras del Líbano; y cortaré sus más empinados cedros y sus más robustos abetos; y llegaré a su más alta cima, y entraré en el bosque de su famoso Carmelo.


Por la malvada avaricia de mi pueblo, yo me irrité y lo he azotado; le oculté mi rostro y me indigné, y él se fue vagando tras los antojos de su corazón.


Pero tus ojos y tu corazón no buscan sino la avaricia y derramar sangre inocente, y calumniar y correr tras la maldad.


Destruiré vuestras alturas en que adoráis a los ídolos y despedazaré vuestros simulacros. Caeréis entre las ruinas de vuestros ídolos y mi alma os abominará,


¡Ay de aquel que allega frutos de avaricia, funesta para su propia casa, con el fin de hacer más alto su nido, y salvarse así de las garras del mal!


Con esta ocasión les dijo: Estad alertas, y guardaos de toda avaricia; que no depende la vida del hombre de la abundancia de los bienes que él posee.


con lo que diré a mi alma: ¡Oh alma mía!, ya tienes muchos bienes de repuesto para muchísimos años: Descansa, come, bebe, y date buena vida.


quedando atestados de toda suerte de iniquidad, de malicia, de fornicación, de avaricia, de perversidad; llenos de envidia, homicidas, pendencieros, fraudulentos, malignos, chismosos,


los cuales en medio de haber conocido la justicia de Dios, no echaron de ver, que los que hacen tales cosas, son dignos de muerte eterna, y no sólo los que las hacen, sino también los que aprueban a los que las hacen.


ni los afeminados, ni los sodomitas, ni los ladrones, ni los avarientos, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los que viven de rapiña, han de poseer el reino de Dios.


Porque tened esto bien entendido, que ningún fornicador, o impúdico, o avariento, lo cual viene a ser una idolatría, será heredero del reino de Cristo y de Dios.


y que cuando el tal oyere las palabras de este juramento, se lisonjee a sí mismo, diciendo: Yo tendré paz aunque me abandone al desorden de mi corazón: con lo que embriagado con este error arrastre tras sí a los inocentes.


Lo vio el Señor, y se encendió en cólera, por ser sus mismos hijos e hijas los que así le provocaban.


Haced morir, pues, los miembros del hombre terreno que hay en vosotros; la fornicación, la impureza, las pasiones deshonestas, la concupiscencia desordenada y la avaricia, que todo viene a ser una idolatría;


Esto decís vosotros, que ignoráis lo que sucederá mañana.


En fin, quien conoce el bien que debe hacer, y no lo hace, por lo mismo peca.


porque todo lo que hay en el mundo, es concupiscencia de la carne, concupiscencia de los ojos y soberbia u orgullo de la vida, lo cual no nace del Padre, sino del mundo.


el cual dijo a su madre: Los mil cien siclos de plata que habías apartado para ti, y acerca de los cuales jurabas, estando yo presente, que te los había hurtado, sábete que yo los tengo, y que están en mi poder. Le respondió ella: Colme el Señor a mi hijo de bendiciones.


Ahora, pues, si deseas dar con él, no tienes más que venir, que corre de nuestra cuenta el entregarlo en tus manos.


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