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Rut 3:7 - Biblia Torres Amat 1825

7 Y cuando Booz hubo comido y bebido y alegrándose, e ido a dormir junto a un montón de gavillas, se llegó Rut calladamente, y alzando la capa por los pies, se echo allí.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

7 Y cuando Booz hubo comido y bebido, y su corazón estuvo contento, se retiró a dormir a un lado del montón. Entonces ella vino calladamente, y le descubrió los pies y se acostó.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Después de que Booz terminó de comer y de beber y estuvo de buen ánimo, se acostó al otro extremo del montón de grano y se durmió. Entonces Rut se acercó sin hacer ruido, le destapó los pies y se acostó.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Booz, después de una cena bien regada, se fue a acostar muy alegre junto a la parva. Ella, por su parte, caminando despacito, destapó sus pies y se acostó.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Y cuando Booz hubo comido y bebido, y estuvo alegre su corazón, fue a acostarse a un lado del montón. Entonces ella se acercó calladamente, y alzando la cubierta de sus pies, se acostó allí.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Booz comió y bebió y se alegró su corazón. Después fue a acostarse al extremo del montón de cebada. Entonces llegó ella sigilosamente, le descubrió un poco por los pies y se acostó.

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Rut 3:7
18 Referans Kwoze  

al ver que de las porciones que habían recibido de él, cupo la mayor a Benjamín, por manera que era cinco veces mayor que la de los oros. Y bebieron, y se alegraron en su compañía.


Y había ordenado y dicho a sus criados: Estad alerta; y cuando Amnón estuviere tomando vino, y os diere la señal, heridlo entonces y matadlo; no tenéis que temer; que yo soy el que os mando. Coraje, y portaos como valientes.


Entonces le dijo Jezabel, su mujer: ¡Vaya que es grande tu autoridad, y sí que gobiernas bien el reino de Israel! Levántate y toma alimento, y sosiega tu ánimo que yo te daré la viña de Nabot, jezraelita.


Y el día séptimo, estando el rey más alegre de lo acostumbrado, y por el demasiado beber recalentado del vino, mandó a Maumam, y Bazata, y Harbona, y Bagata, y Abgata, y Zetar, y Carcas, siete eunucos que estaban de servicio alrededor de él,


y el vino que recrea el corazón del hombre; de modo que, ungiéndose o perfumándose, presente alegre su rostro, y con el pan corrobore sus fuerzas.


Se sirven aquéllos de los manjares y bebidas para reír y banquetear; pues todo obedece al dinero.


¿No sería mejor comer y beber con sosiego, y regalarse con lo ganado a costa de sus fatigas? Pero este don viene de la mano de Dios.


Por tanto alabé la alegría del justo; visto que no hay bien para el hombre en esta vida, sino el comer y beber moderadamente, y estar contento, y que esto es lo que únicamente sacará de su trabajo en los días de su vida que le ha concedido Dios en la tierra.


Anda, pues, y come con alegría tu pan, y bebe con gozo tu vino mientras tus obras son agradables a Dios.


Pero en fin, ora comáis, ora bebáis o hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo a gloria de Dios.


Ni os entreguéis con exceso al vino, fomento de la lujuria, sino llenaos del Espíritu Santo,


Y dándose mutuamente alegres parabienes, después de bien comidos y bebidos dieron orden de que fuese conducido allí Sansón, para divertirse burlándose de él. El cual sacado de la cárcel, fue para ellos objeto de diversión: y lo hicieron quedar en pie entre dos columnas.


Estando cenando, y mientras con los manjares y bebida regocija sus cuerpos fatigados del viaje, vinieron unos vecinos de aquella ciudad, hijos de Belial (esto es, sin freno, ni temor de Dios) y cercando la casa del anciano, comenzaron a dar golpes en la puerta, gritando al dueño de la casa, y diciéndole: Sácanos fuera ese hombre que entró en tu casa, que queremos abusar de él.


Con eso se sentaron juntos, y comieron y bebieron. Dijo entonces el suegro a su yerno: Te ruego que te quedes hoy todavía aquí, y pasemos el día juntos alegremente.


y levantándose el joven para marcharse con su mujer y el criado, el suegro le habló nuevamente diciendo: Mira que el sol está ya muy inclinado al ocaso, y que se acerca la noche; quédate también hoy conmigo, y pasa el día alegremente, que mañana partirás para volver a tu casa.


Se fue, pues, a la era, e hizo todo lo que la suegra le había ordenado.


Cuando he aquí que a medianoche despertó el hombre despavorido y turbado al ver una mujer echada a sus pies;


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