Rut 3:12 - Biblia Torres Amat 1825

¹² No niego yo ser pariente; pero hay otro más cercano que yo.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹² Y ahora, aunque es cierto que yo soy pariente cercano, con todo eso hay pariente más cercano que yo.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹² Pero aunque es cierto que yo soy uno de los redentores de tu familia, hay un pariente más cercano que yo.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹² Es cierto que a mí me corresponde rescatarte, pero hay otro pariente tuyo más cercano que tiene más obligación.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹² Pero ahora, aunque es cierto que soy redentor tuyo, con todo, hay un pariente más cercano que yo.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹² Ahora bien, aunque en verdad tengo derecho de rescate, también lo tiene otro que es pariente más cercano que yo.

Rut 3:12 Referans Kwoze

Mateo 7:12

Y así, haced vosotros con los demás hombres todo lo que deseáis que hagan ellos con vosotros; porque ésta es la suma de la ley y de los profetas.

1 Tesalonicenses 4:6

porque no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santidad.

Rut 2:20

A la cual contestó Noemí: Bendito sea el Señor; pues la misma buena voluntad que tuvo a los vivos, la conserva todavía a los difuntos. Y añadió: ese hombre es pariente nuestro.

Rut 3:11

Por tanto no temas, que yo haré contigo cuanto me has dicho; puesto que todas las gentes de mi ciudad saben que tú eres mujer de virtud.

Rut 3:13

Descansa esta noche que venida la mañana, si él quiere quedarse contigo por el derecho de proximidad, sea en horabuena: mas si no quiere, vive el Señor que yo sin falta te tomaré: y así, duerme hasta mañana.

Rut 4:1

Fue, pues, Booz a las puertas o juzgado de la ciudad, y se sento allí y viendo pasar a aquel pariente de quien se habló arriba, le llamó por su nombre, y le dijo: Llégate por un momento y siéntate aquí. Llegó él, y se sentó.

Rut 4:4

lo cual he querido que tú sepas, y decírtelo en presencia de todos los circunstantes y de los ancianos de mi pueblo. Si tú quieres poseerla por el derecho de parentesco, cómprala y poséela. Y si no gustas de eso, decláralo para que yo sepa lo que debo hacer; puesto que no hay otro pariente sino tú, que eres el primero, y yo que soy el segundo. A lo que respondió él: Pues yo compraré la heredad.