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Proverbios 22:4 - Biblia Torres Amat 1825

4 El fruto de la humildad es el temor de Dios; las riquezas, la gloria y la vida.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Riquezas, honra y vida Son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 La verdadera humildad y el temor del Señor conducen a riquezas, a honor y a una larga vida.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 La recompensa de la humildad es el temor de Yavé, la riqueza, el honor y la vida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 En las huellas de la humildad y del temor de YHVH, Andan riqueza, honor y vida.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Premio a la humildad y al temor de Yahveh son la riqueza, el honor y la vida.

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Proverbios 22:4
17 Referans Kwoze  

El temor del Señor conduce a la vida, y el justo nadará en la abundancia, bien libre de todo mal.


Hay en la casa del justo un tesoro inestimable; pero el hombre sin juicio lo disipará todo.


El que ejercita la justicia y la misericordia, hallará vida, justicia y gloria.


El varón prudente vio venir el mal, y se precavió; el simple o incauto tiró adelante, y tuvo que padecer.


Armas y espadas hay en el camino del hombre perverso; mas el que guarda su alma se alejará de ellas.


Sigue al soberbio la humillación; mas el humilde de espíritu será glorificado.


En su mano derecha trae la larga vida, y las riquezas y la gloria a su izquierda.


Engañoso es el donaire, y vana a la hermosura; la mujer que teme al Señor; esa será la celebrada.


Pero he aquí que desde afuera gritarán los que vean venir a los enemigos. Llorarán amargamente los ángeles o embajadores encargados de la paz.


Pues esto dice el excelso y el sublime Dios que mora en la eternidad, y cuyo nombre es Santo: El que habita en las alturas y en el santuario, y en el corazón contrito y humillado, para vivificar el espíritu de los humildes y dar vida al corazón de los contritos.


En aquel mismo punto me volvió a mí el juicio, y recobré el honor, y la dignidad de mi reino, y volví a tener el mismo aspecto que antes; y los grandes de mi corte y mis magistrados vinieron a buscarme, y fui restablecido en mi trono, y se aumentó la magnificencia mía.


Así que buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas las demás cosas se os darán por añadidura.


Promesa fiel y sumamente apreciable,


No queráis, hermanos, hablar mal los unos de los otros. Quien habla mal de un hermano, o quien juzga a su hermano, éste tal de la ley habla mal, y a la ley juzga, o condena. Mas si tú juzgas a la ley, ya no eres observador de la ley, sino que te haces juez de ella.


Estad, pues, sujetos a Dios, y resistid con su gracia al diablo, y huirá de vosotros.


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