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Oseas 7:7 - Biblia Torres Amat 1825

7 Todos se encendieron en la impiedad como un horno, e incendiaron con ella a sus jueces, o gobernadores; cayeron en ella todos sus reyes; no hay entre ellos quien levante su voz hacia mí.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

7 Todos ellos arden como un horno, y devoraron a sus jueces; cayeron todos sus reyes; no hay entre ellos quien a mí clame.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Como un horno ardiente, consumen a sus líderes. Matan a sus reyes uno tras otro, y nadie clama a mí en busca de ayuda.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Todos se enardecen como un horno y devoran a sus gobernantes. Así han perecido todos sus reyes sin que ninguno de ellos me pidiera auxilios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Todos arden como un horno, devoran a sus gobernantes, Todos sus reyes van cayendo, pero entre ellos no hay quien clame a mí.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Todos ellos arden como un horno y queman a sus gobernantes; todos sus reyes cayeron; no hay entre ellos quien me invoque.

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Oseas 7:7
27 Referans Kwoze  

Lo mató, pues, Baasa, el año tercero de Asa, rey de Judá, y reinó en su lugar.


Y viendo Zambri que la ciudad iba a ser tomada, entró en el palacio, y se abrasó junto con la casa real, y murió


Mas la gente que estaba a favor de Amri pudo más que el partido de Tebni, hijo de Ginet; y murió Tebni, y reinó Amri.


Dijo Jehú: Prendedlos vivos. Presos que fueron vivos, los degollaron junto a una cisterna vecina a la Casa-esquileo, en orden de cuarenta y dos hombres, sin perdonar a ninguno.


Luego que recibieron esta carta, cogieron a los setenta hijos del rey y los mataron; y metieron sus cabezas en unas cestas, y se las remitieron a Jezrael.


Conjuró contra él Sellum, hijo de Jabés, y acometiéndolo en público, lo mató y reinó en su lugar.


Porque Manahem, hijo de Gadi, marchó desde Tersa, y fue a Samaria, e hiriendo a Sellum, hijo de Jabés lo mató y reinó en su lugar.


Conjuró contra él Facee, hijo de Romelías, general suyo el cual le acometió con cincuenta hombres naturales de Galaad, en Samaria, en la torre de la casa real, cerca de Argob y de Arie; y le quitó la vida, y reinó en su lugar.


Mas Osee, hijo de Ela, formó una conjuración contra Facee, hijo de Romelías, y le armó asechanzas, lo hirió y lo mató, y reinó en su lugar, en el año vigésimo de Joatam, hijo de Ozías.


Pero Jehú flechó su arco, y atravesó a Joram por las espaldas, de suerte que la saeta le pasó de parte a parte el corazón y de repente cayó muerto en su coche.


A los cuales dijo él: Arrojadla de ahí abajo. La arrojaron, y quedó la pared salpicada con su sangre; y la hollaron con sus pies los caballos.


Los hipócritas y de corazón doble provocan la ira de Dios, y no reclamarán a él sinceramente cuando se vean aprisionados.


¿Por ventura no entrarán en conocimiento todos esos que hacen profesión de la iniquidad; esos que devoran a mi pueblo como un bocado de pan?


No me ofreciste a mí los carneros en holocausto, ni me has honrado con tus sacrificios; no soy yo aquel a quien tú has servido con ofrendas; ni el que te ha dado el trabajo de quemar el incienso.


Desde que el mundo es mundo, jamás nadie ha entendido, ni ninguna oreja ha oído, ni ha visto ojo alguno, sino sólo tú, ¡oh Dios!, las cosas que tienes preparadas para aquellos que te están aguardando.


Todos nosotros venimos a ser como un inmundo leproso, y como un sucio trapo todas nuestras obras de justificación; como las hojas de los árboles hemos caído todos, y nuestras maldades como un viento impetuoso nos han arrebatado y esparcido.


No hay ninguno que invoque tu Nombre; no hay quien se levante para mediar, y te detenga; nos has escondido tu rostro, y nos has estrellado contra nuestra misma maldad.


y el Señor destruirá en un solo día la cabeza y la cola a los que obedecen sumisos, como a los que gobiernan.


Y busqué entre ellos un varón justo que se interpusiese entre mí y el pueblo como un vallado, y pugnase contra mí a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; mas no hallé ninguno.


Todo este mal vino sobre nosotros, conforme está escrito en la ley de Moisés, y no recurrimos a ti, ¡oh Señor Dios nuestro!, para convertirnos de nuestras maldades y meditar la verdad de tus promesas.


¿Dónde está tu rey?; ¿dónde tus jueces? Ahora es la ocasión de que te salven a ti y a tus ciudades; puesto que me dijiste tú: Dame un rey y príncipes que me gobiernen.


Me marcharé y me volveré a mi habitación; hasta tanto que os halléis bien desfallecidos, y vengáis en busca de mí.


E Israel mirará con sus propios ojos humillada la soberbia suya; y con todo eso no se convertirán al Señor Dios suyo, ni después de todas estas cosas irán en busca de él.


No han clamado a mí de corazón; sino que aullaban angustiados en sus lechos; sobre el trigo y sobre el vino era sobre lo que únicamente rumiaban. Se alejaron de mí.


Ellos reinaron, pero no por mí; fueron príncipes, mas yo no los reconocí. De su plata y de su oro se forjaron ídolos para su perdición.


¡Ay de vosotros que no pensáis sino en cosas vanas, y maquináis allá en vuestros lechos perversos designios! Los ejecutan al llegar la luz de la mañana; porque ellos se han declarado contra Dios.


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