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Oseas 7:13 - Biblia Torres Amat 1825

13 ¡Ay de ellos, porque se apartaron de mí!, destruidos serán, pues se rebelaron contra mí; y habiendo yo sido muchas veces su redentor, ellos profirieron contra mí mentiras.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

13 ¡Ay de ellos! porque se apartaron de mí; destrucción vendrá sobre ellos, porque contra mí se rebelaron; yo los redimí, y ellos hablaron mentiras contra mí.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 »¡Qué aflicción les espera a los que me han abandonado! Déjenlos morir porque se han rebelado contra mí. Yo deseaba redimirlos, pero han dicho mentiras de mí.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 ¡Ay de ellos que se han alejado de mí! ¡Que la desgracia se los lleve, porque me han traicionado! ¿Acaso debo liberarlos, después que me han sido infieles?

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 ¡Ay de ellos, porque andan lejos de mí! ¡Destrucción sobre ellos, porque se rebelaron contra mí! ¿He de redimirlos cuando ellos me calumnian?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 ¡Ay de ellos, por haber huido de mí! ¡Desdichados por rebelarse contra mí! Quiero salvarlos, pero mienten sobre mí.

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Oseas 7:13
42 Referans Kwoze  

Ellos, Señor, son tus siervos y pueblo tuyo, a quien redimiste con tu gran poder y robusto brazo.


que decían a Dios: Apártate de nosotros, y juzgaban del Todopoderoso como si nada pudiese;


Y los sacó salvos de las manos de aquellos que los aborrecían, y los rescató de la mano de sus enemigos.


que estáis en camino para bajar a Egipto y no habéis consultado mi voluntad, esperando el socorro del valor del faraón, y poniendo vuestra confianza en la sombra o protección de Egipto.


Pero la fortaleza del faraón será la confusión vuestra, y la confianza en la protección de Egipto, vuestra ignominia.


¡Desdichados! Pues el mismo Señor, el sabio por esencia, les ha enviado calamidades, y no ha dejado de cumplir su palabra; y se levantará contra la casa de los malvados y contra los auxiliadores de los que obran la iniquidad.


Yo haré que seas como un carro nuevo de trillar las mieses, armadas sus ruedas de dientes de hierro: Tú trillarás y desmenuzarás los montes, y reducirás como a polvo los collados.


Cuando pasares por entre las aguas, estaré yo contigo, y no te anegarán sus corrientes: cuando anduvieres por el fuego, no le quemarás, ni la llama tendrá ardor para ti;


Pecado hemos y mentido contra el Señor, y hemos vuelto las espaldas por no seguir a nuestro Dios, y sí para calumniar y cometer maldades; concebimos y proferimos del corazón palabras de mentira.


Porque él dijo: Al cabo, éste es el pueblo mío; son mis hijos; no me faltarán más a la fidelidad; y con eso se hizo Salvador suyo.


Esto dice el Señor a ese pueblo que tanto gusta tener siempre en movimiento los pies, y no sosiega, y ha desagradado a Dios: Ahora se acordará el Señor de sus maldades y tomará cuentas de sus pecados.


que os habéis engañado a vosotros mismos, pues me habéis enviado a hablar al Señor Dios nuestro, diciendo: Ruega por nosotros al Señor Dios nuestro, y todo aquello que te dirá el Señor Dios nuestro anúncianoslo del mismo modo, y lo practicaremos.


Hemos dado medicinas a Babilonia, y no ha curado, dicen sus amigos; abandonémosla, pues, y volvámonos cada cual a su tierra; pues sus delitos subieron más allá de las nubes, llegaron hasta el cielo.


Y os arrojaré de mi presencia, como arrojé a todos vuestros hermanos de las diez tribus, a toda la raza de Efraín.


Han caído de nuestras cabezas las coronas o guirnaldas: ¡ay de nosotros, que hemos pecado!


Y acaeció que después de tanta malicia tuya (¡ay!, ¡ay de ti!, dice el Señor Dios),


¿Cómo es que entre vosotros, en tierra de Israel, habéis convertido en proverbio este dicho: Los padres comieron uvas agrias, y los hijos sufren la dentera?


Y vosotros habéis dicho: La conducta que observa el Señor no es justa. Escuchad, pues, oh hijos de Israel: ¿Acaso es el proceder mío el que no es justo, y no son más bien perversos vuestros procederes?


Perdida anduvo mi grey por todos los montes y por todas las altas colinas, se dispersaron mis rebaños por toda la tierra, y no había quien fuese en busca de ellos; nadie, repito, hubo que los buscase.


Efraín me ha estrechado el paso con renegar de mí, y con sus fraudes la casa de Israel; Judá ha venido a dar testimonio a Dios de su amor, y sigue fielmente el camino de los santos.


Mis profetas amonestaron a los hijos de Israel; pero éstos se alejaron tanto más de ellos, ofrecían víctimas a Baal y sacrificios a los ídolos.


Han sido infieles al Señor, pues han engendrado hijos bastardos, ahora en un mes serán consumidos con todo cuanto poseen.


Cuando yo quería curar los males de Israel, se descubrió la interior malicia de Efraín y la iniquidad de Samaria; porque entonces se ha dedicado a la mentira: y así entrará en su casa el ladrón a despojarlos, y por fuera lo hará el salteador.


Con su perversidad dieron gusto al rey; dieron gusto a los príncipes con sus mentiras, o idolatrías.


Y aun cuando llegaren a criar sus hijos, yo haré que queden sin ellos en este mundo. ¡Ay de ellos cuando yo llegue a abandonarlos enteramente!


Los desechará mi Dios, porque no lo han escuchado, y andarán prófugos entre las naciones.


Y quedaron sumamente atemorizadas aquellas gentes, y le dijeron: ¿Cómo es que has hecho tú eso? (Es de saber que de la relación que les hizo Jonás comprendieron que huía desobedeciendo a Dios).


Jonás tomó el camino de Tarsis, huyendo del servicio del Señor; y así que llegó a Joppe halló una nave que se hacía a la vela para Tarsis; pagó su flete, y entró en ella con los demás para aportar a Tarsis, huyendo del servicio del Señor.


Por medio de estas cosas los ricos de Jerusalén se han llenado de riquezas injustas, y sus habitantes están estafando, teniendo en su boca una lengua engañadora.


¿Acaso porque te saqué de tierra de Egipto, y te libré de la casa de la esclavitud, y envié delante de ti a Moisés, a Aarón y a María?


¡Jerusalén ! ¡Jerusalén ! que matas a los profetas y apedreas a los que a ti son enviados, ¿cuántas veces quise recoger a tus hijos, como la gallina recoge a sus pollitos bajo las alas, y tú no lo has querido?


Acuérdate que tú también fuiste esclavo en la tierra de Egipto, y que el Señor Dios tuyo te puso en libertad; y por eso te doy yo ahora este mandamiento.


Hijos míos, estas cosas os escribo, a fin de que no pequéis. Pero aun cuando alguno por desgracia pecare, no desespere, pues tenemos por abogado para con el Padre, a Jesucristo justo y santo.


El quinto ángel tocó la trompeta; y vi una estrella del cielo caída en la tierra, y se le dió la llave del pozo del abismo.


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