desde los días de nuestros padres; y además nosotros mismos hemos pecado gravemente hasta este día, y por nuestras iniquidades hemos sido abandonados nosotros, y nuestros reyes y nuestros sacerdotes en manos de los reyes de la tierra, y al cuchillo, y la esclavitud, y al saqueo, y a los oprobios, como se ve aún este día.
Era Israel una frondosa viña, que llevó los frutos correspondientes, cuanto más abundó en bienes, tanto mayor número tuvo de altares a los ídolos; y cuanto más fecunda fue su tierra, mayor número tuvo de vanos simulacros.
Pues el becerro fue transportado a Asiria, y sirvió de donativo o presente al rey que habían tomado por defensor, cubierto de ignominia quedará Efraín; Israel será afrentado por sus antojos.
No obstante, yo los libraré del poder de la muerte; de las garras de la misma muerte los redimiré. ¡Oh muerte!, yo he de ser la muerte tuya; seré tu destrucción, ¡oh infierno! No veo cosa que pueda consolarme.
Escuchad esto, ¡oh sacerdotes! Tú, ¡oh casa de Israel!, oye con atención; atiende bien tú, ¡oh casa real!, porque a vosotros se os va a juzgar. Pues debiendo ser unos centinelas del pueblo, le habéis armado lazos, y sido para él como una red tendida por los cazadores sobre el monte Tabor.
Su garganta es como la de los ladrones; se ha unido con los sacerdotes impíos que matan en el camino a las gentes que van de Siquem; verdaderamente que son horrendas las cosas que han ejecutado.
Desapareció la gloria de Efraín como un pájaro que ha tomado el vuelo; perecerán sus hijos apenas hayan nacido; desde el seno materno, o desde su misma concepción.
En vez de gloria quedarás cubierto de afrenta; beberás también tú, y quedarás avergonzado; el cáliz de la diestra del Señor te embriagará, y vendrá un vómito de ignominia sobre tu gloria.
Por tanto, así como vosotros no habéis seguido mis caminos, y tratándose de la ley habéis hecho distinción de personas, también yo os he hecho despreciables y viles delante de todos los pueblos.
Se engrosó ese pueblo tan amado de Dios, y viéndose opulento se rebeló contra él. Ya engrosado, engordado y abundante de todo, abandonó a Dios su hacedor, y se alejó de Dios, salvador suyo.
el paradero de los cuales es la perdición; cuyo Dios es el vientre, y que hacen gala de lo que es su desdoro y confusión, aferrados a las cosas terrenas.
Por tanto, el Señor Dios de Israel dice: Yo había declarado y prometido que tu familia y la familia de tu padre serviría el ministerio del sumo sacerdocio delante de mí perpetuamente. Mas ahora dice el Señor: Lejos de mí tal cosa, porque yo honraré a todo el que me glorificare; pero los que me menospreciaren, serán deshonrados.