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Números 28:3 - Biblia Torres Amat 1825

3 Estos son los sacrificios que debéis ofrecer: Dos corderos primales sin mancilla todos los días en holocausto perpetuo;

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Biblia Reina Valera 1960

3 Y les dirás: Esta es la ofrenda encendida que ofreceréis a Jehová: dos corderos sin tacha de un año, cada día, será el holocausto continuo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 »Diles a los israelitas: esta es la ofrenda especial que deberán presentar al Señor como ofrenda quemada diaria. Ofrezcan dos corderos de un año, que no tengan ningún defecto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Les dirás: Este será el sacrificio por el fuego que ustedes ofrecerán a Yavé cada día:

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y les dirás: Este es el sacrificio ígneo que presentaréis a YHVH: cada día dos corderos añales sin defecto, para el holocausto continuo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Les dirás: éste es el manjar pasado por el fuego que ofreceréis a Yahveh: cada día dos corderos de un año, sin defecto, como holocausto perpetuo.

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Números 28:3
25 Referans Kwoze  

Para que ofreciesen continuamente holocaustos al Señor mañana y tarde, sobre el altar de los holocaustos, conforme a todo lo dispuesto en la ley del Señor prescrita a Israel.


con el fin de que se sacrificase en él, según el mandamiento de Moisés, todos los días, en los sábados, y en las tres festividades del año, esto es, en la solemnidad de los Azimos, y en la solemnidad de las Semanas o de Pentecostés, y en la solemnidad de los Tabernáculos.


y además el holocausto perpetuo, tanto en las calendas como en todas las solemnidades consagradas al Señor, y siempre que se ofrecía espontáneamente ofrenda al Señor.


Y los brazos de los prevaricadores estarán de su parte, y contaminarán el santuario de la fortaleza, y quitarán el sacrificio perenne, y sustituirán la abominación de la desolación.


Y desde el tiempo en que sea quitado el sacrificio perpetuo, y sea entronizada en el templo la abominación de la desolación, pasarán mil doscientos noventa días.


Y se engrandeció hasta el príncipe de la fortaleza, o de los fuertes, y le quitó el sacrificio perenne, y abatió el lugar de su santificación.


Y oí a uno de los santos que hablaba; y dijo un santo a otro que yo no conocí, y que estaba hablando: ¿Por cuánto tiempo durará lo que se significa en la visión acerca del sacrificio perpetuo, y acerca del pecado, causa de la desolación, y en orden a ser hollado el santuario, y la tierra fuerte de Israel?


y encendiendo la leña, quemarán todo esto como holocausto sobre el altar, para oblación de olor suavísimo al Señor.


Da esta orden a Aarón y a sus hijos: La ley del holocausto ha de ser ésta: Será quemado en el altar durante toda la noche hasta la mañana; el fuego ha de ser el mismo del altar.


Id enhorabuena a Betel a continuar vuestras impiedades, id a Gálgala a aumentar las prevaricaciones, y llevaos allí por la mañana vuestras víctimas para los ídolos, y vuestros diezmos en los tres días solemnes.


que según el rito se derraman cada sábado en holocausto perpetuo.


Asimismo se ofrecerá al Señor por los pecados un macho cabrío con sus libaciones, además del holocausto.


sin contar el holocausto de la mañana, que siempre debéis ofrecer.


Así lo haréis en cada uno de los siete días para mantener el fuego del altar, y en olor suavísimo al Señor, que se elevará del holocausto y de las libaciones que acompañarán a cada víctima.


Todas las víctimas que ofreceréis con sus libaciones serán sin defecto alguno.


el uno le ofreceréis por la mañana y el otro por la tarde,


y un macho cabrío por el pecado, sin contar lo demás que suele ofrecerse por la expiación del delito, ni el holocausto perpetuo con sus ofrendas y libaciones.


y un macho cabrío por el pecado, sin contar el holocausto perpetuo con su ofrenda y libación.


además del holocausto del mes con sus oblaciones, y el holocausto perpetuo con las libaciones acostumbradas; lo que ofreceréis siempre con las mismas ceremonias, como un olor suavísimo quemado delante del Señor.


Al día siguiente vio Juan a Jesús que venía a encontrarle, y dijo: He aquí el cordero de Dios, ved aquí el que quita los pecados del mundo.


pero en el segundo el solo sumo sacerdote, una vez al año, no sin llevar allí sangre, la cual ofrecía por sus ignorancias y por las del pueblo,


Y así lo adoraron todos los habitantes de la tierra, aquellos, digo, cuyos nombres no están escritos en el Libro de la vida del Cordero, que fue sacrificado desde el principio del mundo.


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