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Nahúm 3:10 - Biblia Torres Amat 1825

10 Mas ella ha sido llevada cautiva a país extranjero, sus párvulos han sido estrellados en las esquinas de todas las calles; y se echaron suertes sobre sus nobles, y fueron metidos en cepos todos sus magnates.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Sin embargo ella fue llevada en cautiverio; también sus pequeños fueron estrellados en las encrucijadas de todas las calles, y sobre sus varones echaron suertes, y todos sus grandes fueron aprisionados con grillos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Sin embargo, Tebas cayó y su gente fue llevada cautiva y sus bebés fueron estrellados contra las piedras de las calles hasta morir. Los soldados tiraban los dados para quedarse con los oficiales egipcios como sirvientes. Ataron con cadenas a todos sus líderes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 También ella fue al destierro, partió al cautiverio; sus niños fueron estrellados en los cruces de las calles. Se echaron suertes sobre sus notables y todos sus grandes fueron cargados de cadenas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Pero también ella marchó en cautiverio y fue llevada al destierro, También sus pequeños fueron estrellados en las encrucijadas, Y sobre sus nobles echaron suertes, Y sus poderosos fueron encadenados.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 También ella fue al destierro, marchó al cautiverio; también sus niños fueron estrellados en todas las bocacalles; sus nobles fueron sorteados, todos sus grandes cargados de cadenas.

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Nahúm 3:10
17 Referans Kwoze  

Le dijo entonces Hazael: ¿Por qué llora mi señor? Porque sé, respondió, los males que has de hacer a los hijos de Israel. Tú entregarás a las llamas sus ciudades fuertes, y pasarás a cuchillo sus jóvenes, y estrellarás contra el suelo sus niños, y abrirás el vientre a las mujeres preñadas.


Os arrojáis sobre un huérfano, y os esforzáis en acabar de perder a vuestro amigo.


¡Desventurada hija, o ciudad, de Babilonia! Afortunado sea aquel que te diere el pago de lo que nos ha hecho tu padecer a nosotros.


Dichoso sea aquel que ha de coger algún día en sus manos a tus niños, y estrellarlos contra una peña.


para aprisionar con grillos a sus reyes, y con esposas de hierro a sus magnates;


He aquí que yo levantaré contra ellos a los medos, los cuales no buscarán plata, ni querrán oro,


Por esto todos los brazos perderán su vigor y energía, y todos los corazones de los hombres desfallecerán,


Y el mal quedará sin que suba tanto su agua, y menguará por consiguiente el río Nilo, y vendrá a secarse.


Y los de mi pueblo estarán amedrentados y se avergonzarán de haber puesto su esperanza en Etiopía, y en Egipto su gloria.


Levántate, clama de noche al Señor desde el principio de las vigilias; derrama como agua tu corazón ante su presencia; levanta hacia él tus manos, haciéndole presente la vida de tus niños que se están muriendo de hambre en todas las esquinas y encrucijadas de las calles.


¡Cómo se ha oscurecido el oro del templo, y cambiado su color bellísimo! ¡Dispersas, ¡ay!, dispersas están las piedras del santuario por los ángulos de todas las plazas!


Cuando te cogieron con la mano, tú te quebraste y lastimaste todas sus espaldas o lomos; y cuando ellos se apoyaron sobre ti, te hiciste pedazos, y los deslomaste enteramente.


¡Oh!, mal haya Samaria por haber exasperado a su Dios, perezcan todos al filo de la espada; sean estrellados contra el suelo sus niños, y abiertos los vientres de sus mujeres preñadas.


Y se dividieron por suertes el pueblo mío, y pusieron a los muchachos en el lugar de la prostitución, y vendieron las doncellas por una porción de vino para beber.


Esto dice el Señor: Después de tres, cuatro y más maldades de los amonitas, ya no los convertiré, o perdonaré; porque ellos para extender sus dominios abrieron los vientres de las preñadas de Galaad.


Pues en aquel día en que tomaste las armas contra él, cuando los extranjeros o caldeos hacían prisionero su ejército, y entraban en sus ciudades, y echaban suerte sobre los despojos de Jerusalén , tú también eras como uno de ellos.


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