Miqueas 7:1 - Biblia Torres Amat 1825

¹ ¡Ay de mí! que he llegado a ser como aquel que en otoño anda rebuscando lo que ha quedado de la vendimia. No hallo un racimo para comer; en vano mi alma ha deseado los higos tempranos.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹ ¡Ay de mí! porque estoy como cuando han recogido los frutos del verano, como cuando han rebuscado después de la vendimia, y no queda racimo para comer; mi alma deseó los primeros frutos.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹ ¡Miserable de mí! Me siento como el recolector de fruta que después de cosechar no encuentra nada que comer. No encuentro ni un racimo de uvas ni uno de los primeros higos para saciar mi hambre.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹ Pobre de mí, pues me parezco a los que recogen espigas después de la siega o a los que rebuscan racimos después de la vendimia, pero no hay ni un racimito para probarlo ni una de esas primeras brevas que me gustan.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹ ¡Ay de mí! Porque soy como el último de los frutos de verano, Como el rebusco después de la vendimia, Cuando ya no queda racimo que comer, Ni las brevas que desea mi alma.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹ ¡Ay de mí! Pues soy como espigador en otoño, como rebuscador en la vendimia. No hay un racimo que comer, ni una breva de las que tanto ansío.

Miqueas 7:1 Referans Kwoze

Salmos 120:5

¡Ay de mí, que mi destierro se ha prolongado! He habitado entre los moradores de Cedar.

Proverbios 20:6

Muchos son los hombres llamados misericordiosos; mas un hombre en todo fiel ¿quién lo hallará?

Isaías 17:6

Aquel día se humillará el hombre delante de su hacedor, y sus ojos se volverán a mirar al Santo de Israel;

Isaías 24:13

Estos restos de Israel levantarán su voz, y entonarán alabanzas: Mostrarán su júbilo desde el mar, luego que fuere el Señor glorificado.

Isaías 24:16

El espanto, la fosa y el lazo están reservados para ti, que eres habitante de la tierra.

Isaías 28:4

Aquel día el Señor de los ejércitos será corona de gloria y guirnalda de regocijo para las reliquias de su pueblo.

Isaías 6:5

Y voló hacía mí uno de los serafines, y en su mano tenía una brasa ardiente, que con las tenazas había tomado de encima del altar.

Jeremías 15:10

¡Ay, madre mía, cuán infeliz soy yo! ¿Por qué me diste a luz para ser, como soy, un hombre de contradicción, un hombre de discordia, en toda esta tierra? Yo no he dado dinero a interés, ni nadie me lo ha dado a mí, y no obstante todos me maldicen.

Jeremías 24:2

Un canastillo tenía higos muy buenos, como suelen ser los higos de la primera estación; y el otro canastillo tenía higos muy malos, que no se podían comer de puro malos.

Jeremías 4:31

Porque he oído gritos como de mujer que está de parto, ansias y congojas como de primeriza; la voz de la hija de Sión moribunda que extiende sus manos, y dice: ¡Ay de mí!, que me abandona mi alma al ver la mortandad de mis hijos.

Jeremías 45:3

Tú has exclamado: ¡Ay infeliz de mí!, porque el Señor ha añadido dolor a mi dolor: cansado estoy de gemir, y no he hallado reposo alguno.

Jeremías 5:1

Recorred las calles de Jerusalén . Ved y observad, y buscad en sus plazas si encontráis un hombre que obre lo que es justo, y que procure ser fiel; y si lo halláis, yo usaré con ella de misericordia.

Oseas 9:10

Como uvas en árido desierto, con tanto gusto tomé yo a Israel; como los primeros frutos de las altas ramas de la higuera, así miré a sus padres. Mas ellos se fueron al templo de Beelfegor, y se enajenaron de mí, para ignominia suya, haciéndose execrables como las cosas que amaron.

Números 18:13

Todos los primeros frutos que cría la tierra y se presentan al Señor, serán para tu uso; el que se halla limpio en tu casa, los comerá.