Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt
- Piblisite -





Mateo 26:39 - Biblia Torres Amat 1825

39 Y adelantándose algunos pasos, se postró en tierra, caído sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, no me hagas beber este cáliz; pero, no obstante, no se haga lo que yo quiero, sino lo que tú.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

39 Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

39 Él se adelantó un poco más y se inclinó rostro en tierra mientras oraba: «¡Padre mío! Si es posible, que pase de mí esta copa de sufrimiento. Sin embargo, quiero que se haga tu voluntad, no la mía».

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

39 Fue un poco más adelante y, postrándose hasta tocar la tierra con su cara, oró así: 'Padre, si es posible, que esta copa se aleje de mí. Pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

39 Y yendo un poco más adelante, cayó sobre su rostro, y orando dijo: ¡Padre mío, si es posible pase de mí esta copa!° pero no como Yo quiero, sino como Tú.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

39 Y adelantándose un poco, se postró en tierra y oraba diciendo: '¡Padre mío: si es posible, que pase de mí este cáliz! Pero no sea como yo quiero sino como quieres tú'.

Gade chapit la Kopi




Mateo 26:39
27 Referans Kwoze  

Se postró Abram sobre su rostro.


Que si me dijere: No eres acepto a mis ojos, a su disposición estoy, haga de mí lo que fuere de su mayor agrado.


Y alzando David los ojos vio al ángel del Señor, que estaba en el aire, con una espada desenvainada en su mano, vuelta contra Jerusalén ; y a su vista, tanto él como los ancianos, vestidos de cilicios, se postraron rostro por tierra.


El Señor Dios me abrió los oídos, y yo no me resistí, no me volví atrás.


Por tanto, le daré como porción, o en herencia suya, una gran cantidad de naciones: y repartirá los despojos de los fuertes; pues ha entregado su vida a la muerte, y ha sido confundido con los facinerosos, y ha tomado sobre sí los pecados de todos, y ha rogado por los transgresores.


Cual aparece el arco iris cuando se halla en una nube en día lluvioso, tal era el aspecto del resplandor que se veía alrededor del trono.


Lo que oyendo Moisés y Aarón, se postraron pecho por tierra delante de todo el concurso de los hijos de Israel.


Aquí Moisés y Aarón se postraron sobre su rostro, y dijeron: ¡Oh fortísimo Dios de los espíritus de todos los hombres! ¿es posible que por el pecado de uno se ha de ensañar tu ira contra todos?


Mas Jesús le dio por respuesta: No sabéis lo que os pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo tengo de beber? Y le dijeron: Bien podemos.


Porque aparecerán falsos Cristos y falsos profetas, y harán alarde de grandes maravillas y prodigios, de manera que aun los escogidos, si posible fuera, caerían en error:


Se volvió de nuevo por segunda vez, y oró diciendo: Padre mío, si no puede pasar este cáliz sin que yo lo beba, hágase tu voluntad.


porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, los cuales harán milagros y prodigios para seducir, si se pudiese, a los mismos escogidos.


y se postró a los pies de Jesús , pecho por tierra, dándole gracias; y éste era un samaritano.


Quitaron, pues, la piedra; y Jesús levantando los ojos al cielo, dijo: ¡Oh Padre!, gracias te doy porque me has oído:


Mas para que conozca el mundo que yo amo al Padre, y que cumplo con lo que me ha mandado, levantaos, y vamos de aquí.


Pero Jesús dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina. El cáliz que me ha dado mi Padre, ¿he de dejar yo de beberlo?


En verdad, en verdad os digo, que no puede hacer el Hijo por sí cosa alguna, fuera de lo que viere hacer al Padre; porque todo lo que éste hace, lo hace igualmente el Hijo.


No puedo yo de mí mismo hacer cosa alguna. Yo sentencio según oigo de mi Padre, y mi sentencia es justa; porque no pretendo hacer mi voluntad, sino la de aquel que me ha enviado.


Pues he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad de aquel que me ha enviado.


Estando Pedro para entrar, le salió Cornelio a recibir, y postrándose a sus pies, le adoró.


Se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz;


Y cierto que aunque era Hijo de Dios, aprendió como hombre, por las cosas que padeció, a obedecer.


Yo me arrojé luego a sus pies, para adorarle. Mas él me dijo: Guárdate de hacerlo, que yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos, los que mantienen el testimonio de Jesús . A Dios has de adorar. Porque el espíritu de profecía que hay en ti es el testimonio de Jesús .


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite