Por esto no se enternecerá el Señor en favor de los jovencitos de ese pueblo, ni tendrá compasión de sus huérfanos, ni de sus viudas; porque todo él es hipócrita y malvado, y todas sus bocas no hablan más que desatinos. Por todas estas cosas su furor no se aplaca, sino que aún está levantada su mano.
¡Ay de vosotros, guías o conductores ciegos, que decís: Jurar por el templo, no es nada, no obliga; mas quien jura por el oro del templo está obligado!
Llevaron después a Jesús desde casa de Caifás al pretorio. Era muy de mañana; y ellos no entraron al pretorio, por no contaminarse, a fin de poder comer de las víctimas de la Pascua .
Con esto el dragón se irritó contra la mujer, y se marchó a guerrear contra los demás de la casta o linaje de ella, que guardan los mandamientos de Dios, y mantienen la confesión de Jesucristo.