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Mateo 21:31 - Biblia Torres Amat 1825

31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre? El primero, dijeron ellos. Y Jesús prosiguió: En verdad os digo que los publicanos y las rameras os precederán y entrarán en el reino de Dios:

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Biblia Reina Valera 1960

31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

31 »¿Cuál de los dos obedeció al padre? Ellos contestaron: —El primero. Luego Jesús explicó el significado: —Les digo la verdad, los corruptos cobradores de impuestos y las prostitutas entrarán en el reino de Dios antes que ustedes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

31 Ahora bien, ¿cuál de los dos hizo lo que quería el padre?' Ellos contestaron: 'El primero. Entonces Jesús les dijo: 'En verdad se lo digo: en el camino al Reino de los Cielos, los publicanos y las prostitutas andan mejor que ustedes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

31 ¿Quién de los dos hizo la voluntad del padre? Dicen: El primero. Jesús les dice: De cierto os digo que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

31 ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad del padre?'. Responden: 'El segundo'. Díceles Jesús: 'Os aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que vosotros al reino de Dios.

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Mateo 21:31
26 Referans Kwoze  

De suerte que serán tus propias palabras, y no yo, las que te condenarán; y por aquello mismo que han proferido tus labios, serás condenado.


Pero diles a ésos: Yo juro, dice el Señor Dios, que no quiero la muerte del impío, sino que se convierta de su mal proceder y viva. Convertíos, convertíos de vuestros perversos caminos; ¿y por qué habéis de morir, oh vosotros los de la casa de Israel?


Porque cualquiera que hiciere la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre.


Y dijo: En verdad os digo que si no os convertís y hacéis sencillos como a los niños, no entraréis en el reino de los cielos.


De esta suerte, los últimos en este mundo serán primeros en el reino de los cielos; y los primeros, últimos. Muchos son los llamados; mas pocos los escogidos.


Llamando al segundo, le dijo lo mismo, y aunque él respondió: Voy, Señor, no fue.


Que con toda verdad os digo que antes faltarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse perfectamente cuanto contiene la ley, hasta una sola letra o ápice de ella.


Que si no amáis sino a los que os aman, ¿qué premio habéis de tener? No lo hacen así aun los publicanos?


Asimismo cuando oráis no habéis de ser como los hipócritas, que a propósito se ponen a orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles para ser vistos de los hombres. En verdad les digo que ya recibieron su recompensa.


No todo aquel que me dice: ¡Oh, Señor, Señor! entrará por eso en el reino de los cielos; sino el que hace la voluntad de mi Padre celestial, ése es el que entrará en el reino de los cie-los.


Partido de aquí Jesús , vio a un hombre sentado en el lugar donde cobraba los impuestos para Roma, llamado Mateo, y le dijo: Sígueme; y él levantándose, le siguió.


Así os digo yo, que harán fiesta los ángeles de Dios por un pecador que haga penitencia.


Le dijo el amo: ¡Oh mal siervo!, por tu propia boca te condeno; sabías que yo soy un hombre duro y austero, que me llevo lo que no deposité y siego lo que no he sembrado;


Todo el pueblo y los publicanos, habiéndole oído, entraron en los designios de Dios recibiendo el bautismo de Juan.


Le respondió Jesús : Pues en verdad, en verdad te digo, que quien no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios o tener parte en él.


En verdad, en verdad te digo, respondió Jesús , que quien no renaciere por el bautismo del agua, y la gracia del Espíritu Santo, no puede entrar en el reino de Dios.


Pero Dios, habiendo disimulado o cerrado los ojos sobre los tiempos de esta tan grosera ignorancia, comunica ahora a los hombres que todos en todas partes hagan penitencia,


Pero sabemos que cuantas cosas dice la ley, todas las dirige a los que profesan la ley a fin de que toda boca enmudezca, y todo el mundo, así judíos como gentiles, se reconozca reo delante de Dios;


Es verdad que sobrevino la ley, y con ella se aumentó el pecado por haber sido desobedecida. Pero cuanto más abundó el pecado, tanto más ha sobreabundado la gracia,


Por lo demás, el día del Señor vendrá como ladrón, y entonces los cielos con espantoso estruendo pasarán de una parte a otra, los elementos con el ardor del fuego se disolverán, y la tierra, y las obras que hay en ella serán abrasadas.


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