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Mateo 20:21 - Biblia Torres Amat 1825

21 Jesús le dijo: ¿Qué quieres? Y ella les respondió: Dispón que estos dos hijos míos tengan su asiento en tu reino, uno a tu derecha y otro a tu izquierda.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

21 Él le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo: Ordena que en tu reino se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 —¿Cuál es tu petición? —le preguntó Jesús. La mujer contestó: —Te pido, por favor, que permitas que, en tu reino, mis dos hijos se sienten en lugares de honor a tu lado, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Jesús le dijo: '¿Qué quieres?' Y ella respondió: 'Aquí tienes a mis dos hijos. Asegúrame que, cuando estés en tu reino, se sentarán uno a tu derecha y otro a tu izquierda.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 Él le dijo: ¿Qué deseas? Le dice: Di que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y otro a tu izquierda.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Él le preguntó: '¿Qué es lo que quieres?'. Ella le dice: 'Di que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda'.

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Mateo 20:21
24 Referans Kwoze  

Pasó, pues, Betsabé a ver al rey Salomón para hablarle a favor de Adonías, y se levantó el rey a recibirla, y la saludó con profunda reverencia; se sentó después en su trono; y pusieron un trono o asiento real para la madre del rey, la cual se sentó a su derecha.


Y se apareció el Señor por la noche en sueños a Salomón , diciendo: Pide lo que quieres que yo te otorgue.


Le dijo entonces el rey: ¿Qué es lo que quieres, reina Ester? ¿Qué petición es la tuya? Aun cuando me pidieres la mitad del reino se te dará.


El Señor dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, mientras que yo pongo a tus enemigos por tarima de tus pies.


Hijas de reyes son tus damas de honor; a tu diestra está la reina con vestido bordado de oro, y engalanada con varios adornos.


¿Y tú pides para ti portentos o cosas grandes? No tienes que pedirlas; porque he aquí que yo enviaré desastres sobre todos los hombres, dice el Señor; pero a ti te salvaré la vida en cualquier lugar a donde vayas.


En esta misma ocasión se acercaron los discípulos de Jesús , y le hicieron esta pregunta: ¿Quién será el mayor en el reino de los cielos?


Mas Jesús le respondió: En verdad os digo, que vosotros que me habéis seguido, el día de la resurrección universal, cuando el Hijo del hombre se sentará en el solio de su majestad, vosotros también os sentaréis sobre doce sillas, y juzgaréis las doce tribus de Israel.


Mas Jesús le dio por respuesta: No sabéis lo que os pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo tengo de beber? Y le dijeron: Bien podemos.


Se paró a esto Jesús , y llamándoles, les dijo: ¿Qué queréis que os haga?


Y Jesús le dijo: ¿Qué quieres que te haga? El ciego le respondió: Maestro, haz que yo vea.


Así el Señor Jesús , después de haberles hablado varias veces, fue elevado al cielo, y está sentado a la diestra de Dios.


entró la hija de Herodías, bailó, y agradó tanto a Herodes y a los convidados, que dijo el rey a la muchacha: Pídeme cuanto quisieses, que te lo daré;


diciendo: ¿Qué quieres que te haga? Señor, respondió él, que yo tenga vista.


Mientras escuchaban estas cosas los presentes, añadió una parábola, atento a que se hallaba vecino a Jerusalén , y las gentes creían que luego se había de manifestar el reino de Dios.


Se suscitó además entre los mismos una contienda sobre quién de ellos sería considerado el mayor.


Al contrario, si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pediréis lo que quisiereis, y se os otorgará.


Entonces los que se hallaban presentes, le hicieron esta pregunta: Señor, ¿si será éste el tiempo en que has de restituir el reino a Israel?


amándoos recíprocamente con ternura y caridad fraternal, procurando anticiparos unos a otros en las señales de honor y de deferencia.


¿Quién osará condenarlos? Después que Jesucristo no solamente murió por nosotros, sino que también resucitó, y está sentado a la diestra de Dios, en donde asimismo intercede por nosotros.


Ahora bien, si habéis resucitado con Cristo , buscad las cosas que son de arriba, donde Cristo está sentado a la diestra de Dios Padre;


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