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Mateo 16:4 - Biblia Torres Amat 1825

4 ¿Conque sabéis adivinar por el aspecto del cielo, y no podéis conocer las señales claras de estos tiempos de la venida del Mesías? Esta raza o generación mala y adúltera pide un prodigio; mas no se le dará ése que pide, sino el prodigio del profeta Jonás . Y dejándolos, se fue.

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Biblia Reina Valera 1960

4 La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. Y dejándolos, se fue.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Solo una generación malvada y adúltera reclamaría una señal milagrosa, pero la única señal que les daré es la del profeta Jonás». Luego Jesús los dejó y se fue.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 ¡Generación mala y adúltera! Ustedes piden una señal, pero señal no tendrán, sino la señal de Jonás. Jesús, pues, los dejó y se marchó.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Esta generación perversa y adúltera demanda una señal° milagrosa, pero no le será dada otra señal que la señal de° Jonás.° Y dejándolos,° se retiró.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 ¡Generación perversa y adúltera que reclama señales! Pero no se le dará otra señal que la de Jonás'. Y volviéndoles la espalda, se marchó.

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Mateo 16:4
15 Referans Kwoze  

Dijo entonces Dios: No permanecerá mi espíritu en el hombre para siempre, porque es muy carnal; y sus días serán ciento veinte años.


Entretanto llegaos vosotros, moradores de Jerusalén , hijos de una agorera, raza de padre adúltero y de mujer prostituta.


Efraín ha hecho alianza con los ídolos: apártate de él tú, ¡oh Judá!


Y aun cuando llegaren a criar sus hijos, yo haré que queden sin ellos en este mundo. ¡Ay de ellos cuando yo llegue a abandonarlos enteramente!


El Señor habló a Jonás , hijo de Amatí, y dijo:


Y había el Señor preparado un gran pez, para que se tragara a Jonás ; el cual estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez.


Dejadlos; ellos son unos ciegos que guían a otros ciegos; y si un ciego se mete a guiar a otro ciego, ambos caen en el hoyo.


Sus discípulos, habiendo venido de la otra parte del lago, se olvidaron de tomar pan.


Mas Jesús , arrojando un suspiro de lo íntimo del corazón, dijo: ¿Por qué pedirá esta raza de hombres un prodigio? En verdad os digo, que a esa gente no se le dará el prodigio que pretende.


Ello es que quien se avergonzare de mí y de mi doctrina en medio de esta nación adúltera y pecadora, igualmente se avergonzará de él el Hijo del hombre cuando venga en la gloria de su Padre, acompañado de los santos ángeles.


Pero como éstos le contradijesen, y prorrumpiesen en blasfemias, sacudiendo sus vestidos, les dijo: Recaiga vuestra sangre sobre vuestra cabeza; yo no tengo la culpa. Desde ahora me voy a predicar a los gentiles.


Otras muchísimas razones alegó, y los amonestaba, diciendo: Poneos en salvo de entre esta generación perversa.


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