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Mateo 11:28 - Biblia Torres Amat 1825

28 Venid a mí todos los que andáis agobiados con trabajos y cargas, que yo os aliviaré.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

28 Luego dijo Jesús: «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

28 Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviaré.

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La Biblia Textual 3a Edicion

28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y agobiados, y Yo os haré descansar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

28 Venid a mí todos los que estáis rendidos y agobiados por el trabajo, que yo os daré descanso.

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Mateo 11:28
36 Referans Kwoze  

El hombre nacido de mujer vive corto tiempo, y está atestado de miserias.


Porque el hombre nace para trabajar y padecer, como el ave para volar.


Vuelve, ¡oh alma mía!, a tu sosiego; ya que el Señor te ha favorecido tanto.


Porque de día y de noche me hiciste sentir tu pesada mano. Revolcábame en mi miseria, mientras tenía clavada la espina.


Porque mis maldades sobrepujan por encima de mi cabeza; y como una carga pesada me tienen agobiado.


para hacerle menos penosos los días aciagos, mientras tanto que al pecador se le abre la fosa.


Yo he visto todo cuanto se hace debajo del sol, y he hallado ser todo vanidad y aflicción del espíritu.


Todas las cosas del mundo son difíciles: no puede el hombre comprenderlas ni explicarlas con palabras. Nunca se harta el ojo de mirar, ni el oído de oír cosas nuevas.


Un hombre solo que no tiene heredero, ni hijo ni hermano; y sin embargo no cesa de afanarse, ni se hartan de bienes sus ojos; ni le ocurre el preguntarse a sí mismo: ¿Yo para quién trabajo? ¿Y por qué me privo del uso de estos bienes? Vanidad es ésta también y aflicción grandísima del ánimo.


¿De qué servirá el descargar yo nuevos golpes sobre vosotros, si obstinados añadís siempre pecados sobre pecados? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente.


Y aquel día extenderá el Señor nuevamente su mano para atraer los restos de su pueblo que quedaren entre los asirios, y en Egipto, y en Fetros, y en Etiopía, y en Elam, y en Sennaar, y en Emat, y en las islas del mar.


Y el Señor les dirá algún día: Manda, vuelve a mandar; manda, vuelve a mandar; espera, vuelve a esperar; un poquito aquí, otro poquito allí; y dejará que vayan y caigan de espaldas, y sean hollados y presos en los lazos.


para cuidar a los de Sión que están llorando, y para darles una corona de gloria, en lugar de la ceniza que cubre sus cabezas; el óleo propio de los días solemnes y alegres en vez de luto; un ropaje de gloria en cambio de su espíritu de aflicción; y los que habitarán en ella serán llamados los valientes en la justicia, plantío del Señor para gloria suya.


Estas cosas todas las hizo mi mano y todas ellas son obra mía, dice el Señor. ¿Y en quién pondré yo mis ojos, sino en el pobrecito y contrito de corazón, y que oye con respetuoso temor mis palabras?


porque yo embriagaré en Sión a toda alma sedienta, y hartaré a todo hambriento.


Así, pues, los hijos de Jonadab, hijo de Recab, han observado constantemente el precepto que les dejó su padre; mas ese pueblo no me ha obedecido a mí.


Esto decía también el Señor: Paraos en los caminos, ved y preguntad cuáles son las sendas antiguas, cuál es el buen camino, y seguidlo, y hallaréis refrigerio para vuestras almas. Mas ellos dijeron: No lo seguiremos.


Tomad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis el reposo para vuestras almas.


El hecho es que van atando cargas pesadas e insoportables, y las ponen sobre los hombros de los demás cuando ellos no quieren ni aplicar la punta del dedo para moverlas.


Todos los que me da el Padre vendrán a mí; y al que viniere a mí por la fe, no le desecharé.


En el último día de la fiesta, que es el más solemne, Jesús se puso en pie, y en alta voz decía: Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba.


Pues ¿por qué ahora queréis tentar a Dios, con imponer sobre la cerviz de los discípulos un yugo, que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido soportar?


Yo os he hecho ver en toda mi conducta, que trabajando de esta suerte, es como se debe sobrellevar a los débiles, y tener presente las palabras del Señor Jesús , cuando dijo: Mucho mayor dicha es el dar, que el recibir.


Manteneos firmes, y no dejéis que os opriman de nuevo con el yugo de la servidumbre de la ley antigua.


cuando vendrá con llamas de fuego a tomar venganza de los que conocieron a Dios, y de los que no obedecen la buena nueva de nuestro Señor Jesucristo;


Puesto que se nos anunció también a nosotros del mismo modo que a ellos. Pero a ellos no les aprovechó la palabra o promesa oída, por no ir acompañada con la fe de los que la oyeron.


Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Diga también quien escucha: Ven. Así mismo el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome gratis el agua de vida.


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