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Marcos 4:8 - Biblia Torres Amat 1825

8 Finalmente, parte cayó en buena tierra, y dio fruto erguido y abultado, cuál a treinta por uno, cuál a sesenta, y cuál a ciento.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento por uno.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Pero otras semillas cayeron en tierra fértil, y germinaron y crecieron, ¡y produjeron una cosecha que fue treinta, sesenta y hasta cien veces más numerosa de lo que se había sembrado!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Otras semillas cayeron en tierra buena: brotaron, crecieron y produjeron unas treinta, otras sesenta y otras cien.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Pero otras cayeron en buena tierra, y daban fruto que crecía y se desarrollaba; y producían: una a treinta, otra a sesenta y otra a ciento por uno.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Y el resto cayó en tierra buena; fue creciendo y granando, hasta dar fruto que llegó: uno al treinta por uno, otro al sesenta y otro al ciento'.

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Marcos 4:8
21 Referans Kwoze  

Sembró luego Isaac en aquella tierra y en el mismo año cogió ciento por uno y le bendijo Dios.


Clama, pues, ¡oh Isaías!, no ceses: Has resonar tu voz como una trompeta, y declara a mi pueblo sus maldades, y a la casa de Jacob sus pecados;


¿No es así que mis palabras son como fuego, dice el Señor, y como martillo que quebranta las peñas?


Al contrario, el sembrado en buena tierra es el que oye la palabra de Dios y la medita, y produce fruto, parte ciento por uno, parte sesenta, y parte treinta.


Otros, en fin, cayeron en buena tierra, y dieron fruto, donde ciento por uno, donde sesenta, y donde treinta.


Los sembrados, en fin, en buena tierra, son los que oyen la palabra y la reciben y conservan en su seno, y dan fruto, quién a treinta por uno, quién a sesenta, y quién a ciento.


Otra parte cayó entre espinas, y las espinas crecieron y lo ahogaron, y así no dio fruto.


Y les decía: Quien tiene oídos para oír, escuche y reflexione.


En fin, la que cae en buena tierra, denota aquellos que con un corazón bueno y muy sano oyen la palabra de Dios, y la conservan con cuidado, y mediante la paciencia dan fruto sazonado.


Parte finalmente cayó en buena tierra; y habiendo nacido dio fruto a ciento por uno. Dicho esto exclamó en alta voz: El que tenga oídos para escuchar, atienda bien a lo que digo.


Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; quien está unido, pues, conmigo y yo con él, ese da mucho fruto, porque sin mí nada podéis hacer.


Quien quisiere hacer la voluntad de éste, conocerá si mi palabra es de Dios, o si yo hablo de mí mismo.


Eran éstos de mejor índole que los de Tesalónica, y así recibieron la palabra de Dios con gran ansia y ardor, examinando atentamente todo el día las Escrituras, para ver si era cierto lo que se les decía.


sobre quien trabado todo el espiritual edificio se alza para ser un templo santo del Señor.


colmados de frutos de justicia por Jesucristo, a gloria y loor de Dios.


El cual se ha propagado entre vosotros, como así mismo en todo el mundo, donde fructifica y va creciendo, del modo que lo ha hecho entre vosotros, desde aquel día en que oísteis y conocisteis la gracia de Dios según la verdad,


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