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Lucas 4:20 - Biblia Torres Amat 1825

20 Y arrollado o cerrado, el libro, se lo entregó al ministro, y se sentó. Todos en la sinagoga tenían fijos en él los ojos.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

20 Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Lo enrolló de nuevo, se lo entregó al ayudante y se sentó. Todas las miradas en la sinagoga se fijaron en él.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Jesús entonces enrolló el libro, lo devolvió al ayudante y se sentó, mientras todos los presentes tenían los ojos fijos en él.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Y habiendo envuelto el rollo, lo devolvió al asistente, y se sentó. Y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en Él.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Enrolló luego el libro, lo entregó al ayudante y se sentó. En la sinagoga, todos tenían los ojos clavados en él.

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Lucas 4:20
13 Referans Kwoze  

En aquella hora dijo Jesús a aquel tropel de gentes: Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos a prenderme; cada día estaba sentado entre vosotros enseñándoos en el templo, y nunca me prendisteis;


Y lo colocó en un sepulcro suyo que había hecho abrir en una peña, y no había servido todavía; y arrimando una gran piedra, cerró la boca del sepulcro, y se fue.


Y no hallaban medio de obrar contra él; porque todo el pueblo estaba con la boca abierta escuchándole.


Le fue dado el libro del profeta Isaías. Y abriéndolo, halló el lugar donde estaba escrito:


Su discurso lo comenzó diciendo: La Escritura que acabáis de oír hoy se ha cumplido.


Subiendo, pues, en una de ellas, la cual era de Simón, le pidió que la desviase un poco de tierra. Y sentándose dentro, predicaba desde la barca al numeroso concurso.


Y al romper el día volvió según costumbre al templo; y como todo el pueblo concurría a él, sentándose se puso a enseñarlos.


Un día de sábado salimos fuera de la ciudad hacia la ribera del río, donde parecía estar el lugar o casa para tener oración los judíos, y habiéndonos sentado allí trabamos conversación con varias mujeres, que habían concurrido a dicho fin.


Lo que viendo Pedro, habló a la gente de esta manera: ¡Oh hijos de Israel!, ¿por qué os maravilláis de esto, y por qué nos estáis mirando a nosotros, como si por virtud o potestad nuestra hubiésemos hecho andar a este hombre?


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