9 Ahora mismo el hacha del juicio de Dios está lista para cortar las raíces de los árboles. Así es, todo árbol que no produzca buenos frutos será cortado y arrojado al fuego.
¿A quién te has hecho semejante, oh faraón, oh árbol ilustre y sublime entre los árboles del jardín de delicias? He aquí que con los árboles del jardín de delicias has sido precipitado al profundo de la tierra; en medio de los incircuncisos, dormirás tú con aquellos que fueron pasados a cuchillo. Así sucederá al faraón y a toda su gente, dice el Señor Dios.
y clamó en alta voz, diciendo: Cortad el árbol y echad abajo sus ramas, sacudid sus hojas, y desparramad sus frutos; huyan las bestias que están bajo de él y las aves que están en sus ramas.
Y en orden a aquello que ha visto el rey de bajar del cielo el velador y el santo que decía: Cortad el árbol y hacedlo trozos, pero dejad en la tierra una punta de sus raíces, y sea atado él con hierro y con bronce, y esté al descubierto sobre la hierba, y sea bañado con el rocío del cielo, y su pasto sea común con las fieras hasta que pasen así por él siete tiempos, o años,
por lo que dijo al viñador: Ya ves que hace tres años seguidos que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala, pues; ¿para qué ocupará terreno gratis?
Pues ahora, ¿cuánto más acerbos suplicios, si lo pensáis, merecerá aquel que hollare al Hijo de Dios, y tuviese por vil e inmunda la sangre divina del Testamento, por la cual fue santificado, y ultrajare al Espíritu Santo autor de la gracia?