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Lucas 19:41 - Biblia Torres Amat 1825

41 Al llegar cerca de Jerusalén , poniéndose a mirar esta ciudad, derramó lágrimas sobre ella, diciendo:

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Biblia Reina Valera 1960

41 Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

41 Al acercarse a Jerusalén, Jesús vio la ciudad delante de él y comenzó a llorar, diciendo:

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Biblia Católica (Latinoamericana)

41 Al acercarse y ver la ciudad, lloró por ella,

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La Biblia Textual 3a Edicion

41 Y cuando llegó cerca y vio la ciudad, lloró sobre ella,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

41 Cuando se acercó, al contemplar la ciudad, lloró por ella,

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Lucas 19:41
14 Referans Kwoze  

Y estuvo el varón de Dios un rato parado con él, y se conturbó hasta demudar el semblante, y echó a llorar.


Arroyos de lágrimas han derramado mis ojos, por no haber observado tu santa ley.


Los veía prevaricar, y me consumía de dolor al ver que no hacían caso de tus palabras.


Desmayé de dolor, por causa de los pecadores que abandonaron tu ley.


porque día es este de mortandad, y de devastación, y de gemidos, prefijado por el Señor Dios de los ejércitos para el valle de la Visión; él va socavando en busca de los cimientos de la muralla, y hace ostensión de su gloria sobre el monte.


Dejad, pues, ya de burlaros de mis amenazas, porque no se aprieten más vuestras ligaduras. Porque el Señor Dios de los ejércitos es de quien he oído la destrucción de toda la tierra, o país que habitáis, la destrucción que sucederá dentro de poco.


Que si no obedeciereis en esto, llorará mi alma en secreto, al ver vuestra soberbia; llorará amargamente, y mis ojos derramarán arroyos de lágrimas, por haber sido cautivada la grey del Señor.


Mas yo no por eso me he turbado siguiendo tus huellas, ¡oh pastor mío!, pues nunca apetecí día o favor de hombre alguno; tú lo sabes. Lo que anuncié con mis labios fue siempre recto en tu presencia.


¿Quién dará agua a mi cabeza, y hará de mis ojos dos fuentes de lágrimas para llorar día y noche la muerte que se ha dado a tantos moradores de la hija de mi pueblo, o de Jerusalén ?


¿Qué haré yo de ti, oh Efraín? ¿Seré yo tu protector, oh Israel? Pues qué ¿podré yo tratarte como a Adama, ni ponerte como puse a Seboim? ¡Ah! mis entrañas se conmueven dentro de mí, yo me siento como arrepentido.


¡Ah! si conocieses también tú, por lo menos este día que se te ha dado, lo que puede atraerte la paz; mas ahora está todo ello oculto a tus ojos.


Entonces a Jesús se le arrasaron los ojos en lágrimas.


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