Y Ezequías restableció las clases de los sacerdotes y levitas según sus turnos, poniendo a cada uno, así de los sacerdotes como de los levitas, en su propio oficio, para que ofreciesen los holocaustos y las víctimas pacíficas, a fin de que sirviesen y glorificasen a Dios, y cantasen en las puertas del campamento o atrios de la casa del Señor.
Y cuando el príncipe ofreciere al Señor un holocausto voluntario, o un voluntario sacrificio pacífico, le abrirán la puerta oriental, y ofrecerá su holocausto y sus hostias pacíficas, como suele practicarse en el día de sábado; y se irá; y luego que haya salido se cerrará la puerta.
Y entrará el príncipe por el vestíbulo de la puerta de afuera y se parará en el umbral de la puerta y los sacerdotes ofrecerán por él holocausto y las hostias pacíficas; y hará su oración desde el umbral de la puerta, y se saldrá, la puerta no se cerrará hasta la tarde.
si su oblación fuere holocausto, y de la vacada, ha de ofrecer macho sin tacha en la puerta del Tabernáculo del Testimonio, a fin de hacerse propicio al Señor;
Quien ofreciere víctima pacífica al Señor, o por voto, o voluntariamente, bien sea de bueyes o de ovejas, debe ofrecerla sin tacha para que sea aceptable al Señor: no ha de tener vicio ninguno.
Si uno por voto o espontáneamente ofreciere alguna víctima, será igualmente comida el mismo día, bien que si quedara algo para el día siguiente, se puede comer;
Si alguno comiere carne de víctima pacífica en el día tercero, su oblación no valdrá nada, ni será de provecho al oferente; antes bien, cualquier persona que se contaminare con manjar semejante, será reo de prevaricación.