y ofrecieron todos juntos siete toros, y siete carneros, y siete corderos, y siete machos cabríos por la expiación del pecado, por el reino o delitos del rey, por la profanación del santuario, y por los pecados de todo Judá; y dijo a los sacerdotes, hijos de Aarón, que los ofreciesen sobre el altar del Señor.
para cuya dedicación ofrecieron cien becerros, doscientos carneros, cuatrocientos corderos, y doce machos cabríos por el pecado de Israel, según el número de sus tribus.
y un macho cabrío por el pecado, sin contar lo demás que suele ofrecerse por la expiación del delito, ni el holocausto perpetuo con sus ofrendas y libaciones.
Pues lo que era imposible que la ley hiciese, estando como estaba debilitada por la carne, lo hizo Dios cuando habiendo enviado a su Hijo revestido de una carne semejante a la del pecado, y héchole víctima por el pecado, mató así al pecado en la carne,